Solo para hombres

Ruta: Medellín -ida por el Guadiana-.
Distancia: 52 kms.
Fecha: 15 de Enero de 2012

Crónica de la ruta

Hacerse a un lao, en una ruta no es solo la dificultad orográfica la que impone la dureza de la misma, también las condiciones meteorológicas extremas contribuyen a esa dificultad. Recuerdo cómo muchos ciclistas se echaron patrás por el calor de Cogolludo u otros días donde Carlosbiker y El Gurú afrontaron una etapa de lluvia, frío y viento o esa en la que Lobosolitario junto con Atreyu salió por primera vez. Hoy ha habido mucho acongojao y eso que a los tréboles les va el agua, yo ya estaba preparao pero... al final cuatro hombres hemos cumplido como lo que somos verdaderos machotes que no se arredran ante las adversidades.

No me di cuenta que llovía hasta que no miré el móvil y vi el mensaje de Micromachine: ¿la ruta sigue en pie? Inmediatamente contacté con el Sr. de los Anillos y me dijo: voy camino de las quedadas. Yo que estaba vestido, me subí a la burra y llegué antes que él. Allí había un trébol que se movía como un león enjaulado en el cobijo que le ofrecía el voladizo de la Cafetería Millenium (éstos nos deben patrocinio). Se trataba de Teles, que llevaba pensado un rato: ¿Seré yo el único gilipollas que salga? Al momento llega el Presi y recibo llamada de mi mujer "Te has quedao tós los bártulos (incluido el salvavidas)", así que vuelta pa casa.

El Cántabro nos espera a la altura del Guadiana, en Carcesa y Juan III parece que también se nos va a unir. El caso es que este último hace acto de presencia, equipado para la ocasión, pero nos comenta que se lo ha pensao, que no, que no está por la labor. Así que los tres machotes (Sr. de los Anillos, Teles y El Gurú) tiran pa la Vía Verde bajo un chaparrón de órdago. Tras terminar el tramo de la vía, el camino se hace muy pero que muy pesao. Lo que se ha formado bajo nuestras ruedas no es barro sino arenilla mojá que hace que los neumáticos se agarren como un ancla, lo que hace que se convierta la ruta en épica, solo apta pa los sufridores (habéis hecho bien quedandoos en casa, con vuestras batitas enguatás y las babuchas de fieltro).

Al llegar a Carcesa, El Cántabro no se encuentra allí y Teles le da un toque al móvil, cuando aparece llega con su traje impoluto, a diferencia de nosotros que llevábamos impreso un kilo de arena. Cogimos la verea que discurre junto al Guadiana y en un recodo del camino, dos peazos de perros nos salen al encuentro. Los cuatro nos juntamos sin darnos distancias, el Sr. de los Anillos y El Gurú, delante, Teles y El Cántabro, detrás: la primera determinación que tuvimos fue la de la pedagogía de "El líder de la manada", pero creo que el capítulo sobre cómo calmar a un can asesino no lo vimos ninguno de los cuatro. Así que pasamos al Plan B: "Chuuuuuuuuuuucho, tira pallá, ehhhhhhhh, fueeeeeeeeeera, os-os-os-, serán joputas, me cagüen tó, ..."

La distancia que cubrimos con las dos fieras pegás a nuestras canillas no la sé, porque cuando estás metido en el fregao pierdes la noción del espacio-tiempo, llegaron hasta la planta depuradora y allí se metieron, lo que nos valió para respirar con tranquilidad y jurar que la peña va a adquirir por Paquexpress un aullentador de perros malajes.

De tal forma y ya más tranquilo enfilamos el camino hacia Medellín, cuyo castillo estaba tapado por la niebla. El terreno sigue pesao y parece que la lluvia ha remitido un poco. Paramos bajo el puente del Guadiana donde nos avituallamos y fotografiamos. A lo lejos se escucha una campana constipá, de secano que llama a los feligreses para que se reúnan en el templo. Desistimos de la subida al castillo por el alto porcentaje de posible caída en ese empedrao mojao.

De vuelta hacia Villanueva tiramos por el camino de piedras sueltas que hoy es más cabrón que nunca. El ritmo es bueno y llamo a la bajada para que no me descuelgue, mis compañeros me hacen caso y seguimos y seguimos. Hoy hemos llegao a Don Benito por otro lao, saliendo por la carretera de Miajadas y haciendo la subida del cementerio. De ahí hacia el Canal del Zújar. El Cántabro, que se está preparando para los 10.000 de El Soplao va seguir en dirección a Las Cruces. Nosotros, serones de pro, hacia nuestra muy noble y leal villa de La Serena.

La lluvia vuelve a arreciar y ahora con más intensidad, son ganas de dar por saco. Cada mochuelo a su olivo. Dábamos penita, mojaos hasta el cielo de la boca y arena hasta en los sobaquillos. El caso es que para afrontar este reto se necesita un par. Ahí queda eso.

Bueno, saludos, correliebrecillas que hoy se ha arrugao más de uno, espero que mantengáis los vozarrones y no se torne en vocecillas. Espero contar la próxima ruta si un constipao del copón no se despierta. Bueno, hasta la próxima, si el tiempo no lo impide.