Desde tierras de regadío, llanuras eternas y agua a raudales, partieron los cinco jinetes trebolianos hacia las tierras agrestes del sur de la región, con una misión encomendada por la guardia treboliana, dejar huella y darnos a conocer cual hierba insaciable que no para de crecer.
El viaje comenzó el Viernes, con una mini-quedada para la preparación de la batalla y la organización de tan largo viaje, para el cual, este joven ejercito no estaba acostumbrado. La hora de la salida, las 7:30 de la mañana en La posada del Burro King, famosa por sus hamburguesas a la parrilla. Los soldados Haykehesperarle, El Papa, Paquete y La Bestia humana, partieron con sus carruajes no sin antes echar unas risas e incluso abrazos, embargados por la emoción de esta primera misión.
A la llegada nos encontramos con una cola inmensa de soldados, alistándose para la batalla, venidos de todas las aldeas cercanas, entre ellos grandes soldados, el gran A. Díaz De la Peña o el mismísimo Paco Mancebo. Entre tanta marabunta encontramos a nuestro 5º soldado, Fran (Agaporni), esperándonos como parte de la avanzadilla Trébol. Mucha paciencia tuvimos que echar para alistarnos, pero lo hicimos.
Tras la preparación de nuestras burras y el acopio de víveres, comenzamos la ruta unos 500 soldados dispuestos a la batalla. Los kilómetros iniciales eran cómodos, con ligeros toboganes y algunos charcos por las recientes lluvias, que no hacían más que ensuciar el uniforme de gala, con el que marchábamos.
El paso complicado sobre el río Ardila hacia el km 20, lo paso con gran holgura nuestro gran soldado Papa, el resto a trompicones, entre piedras, alguna burra espantada y alguna caída. A partir del río comenzaban las grandes subidas, escarpadas, con veredas estrechas, para la gran cantidad de animales que por allí pasábamos, hasta la aldea de Calera de León, bonito pueblo, donde sus habitantes nos recibieron entre vítores, orgullosos que por aquel pequeño pueblo, tan grandes soldados por allí pasaran, nos obsequiaron con algunas prebendas, pan y jamón del bueno, donde los tréboles comentábamos los contratiempos del recorrido, pero contentos de estar disfrutando como cochinos en un charco.
Iniciada la marcha, comenzaron los escarceos, con grandes y peligrosas bajadas, donde alguno que otro dio con sus huesos en el suelo, después los 5 repechos, famosos en la zona por su dureza y con bajadas muy técnicas, después una larga vertiginosa bajada, de nuevo llegamos al río Ardila, donde el pelotón se detuvo, para iniciar “La gran batalla”, “los 20 km de guerra durísima”.
Grito al aire y a correr, cruzando ríos, surcando dehesas majestuosas y peleando como grandes soldados, por ser el mejor de la batalla, caídas, pinchazos, abandonos y las fuerzas que empezaban a flaquear, algo que reflejaban sus caras embarradas, marcadas por el sufrimiento, empezamos a llegar al destino, exhaustos, en fila de a uno, pero con una ligera sonrisa en el rostro, reflejando lo orgullosos que estábamos por “la gran batalla” ganada.
Llegados de nuevo al lugar de partida, algunos con mejor o peor suerte pero orgullosos todos, de sembrar el campo de tréboles valientes. Para acabar buena comida, pan y vino…hasta la próxima Tréboles, ha sido un placer compartir con vosotros esta gran batalla… SALUDOS!!!
Ah!! La ruta dura de cojones eh!!
Escrito por Paquete.
CLASIFICACIÓN DE TRÉBOLES EN EL EVENTO
Paquete 38
Antonio 80
Mariano 100
Juan Pablo 200
Fran Retirada por lesión
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