Ruta: Castillo de
Medellín
Distancia: 58kms.
Fecha: 21 de Septiembre
de 2014
Crónica
Casualmente
hoy hemos ido a la ruta del Castillo de Medellín, precisamente cuando el club
Cruzcambike celebraba su prueba organizada. Ahí una parte del grupo trebolero
acudió y la otra decidimos hacer la del calendario y de paso ver el teatro
desde el gallinero.
No
fuimos muchos los que acudimos a la cita, doce al final, aunque sí hubo alguna
reincorporación después de meses de ausencia como fueron El Cardenal o nuestro
veterano Carlosbiker, el cual cogió los hábitos de eremita y se fue a vivir al
campo, lejos del mundanal ruido. El Presi, apoyado en una farola de la calle
del Sol nos esperaba enfundado en su traje treboliano. Dirección Don Benito
vamos solventando los primeros kilómetros hasta llegar al barrio de donde antes
había salido el Sioux, explorador donde los haya e incansable biciclista.
Nos
encontramos un montón de mediosmaratonianos calentando, esperando el toque de
salida y me acordé de nuestro perrito-claxon-rosa o de nuestro lagartoguancho,
estandarte de nuestros comienzos matinales, ¿dónde estarán?, el primero seguro
que en el cielo de los perritosclaxonsrosas y el segundo en un cajón de la casa
del Papa, fijo.
La idea
es llegar a la cuesta de los eucaliptos, pero para llegar allí hay que subir
picando el terreno a nuestras delicadas piernas que empiezan a coger tono.
Jamilton corona la subida y es que poco después tiene que ir a Singapur, pues
tiene la pole y encima luego me entero que gana el gran premio y se coloca
líder del mundial. Este chico hace a todo, no sé como tiene tiempo, pues el día
anterior había subido a La Cabra. La cuesta de los eucaliptos no parece la
misma, la sombra que daban los árboles es ahora clareo, sólo algunos ejemplares
jóvenes han quedado, esperemos que pronto se repoble lo que hoy es un calvero.
Caminos
anchos hacia Mengabril y Medellín, donde ya están lavando los platos para los
biciclistas que han acudido a la ruta. La subida al castillo es corta pero
empinada lo que hace que vayamos distanciándonos unos de otros hasta culminar
en el orgasmo final que te deja sin resuello. Arriba nos esperan las viandas,
los refrigerios, los turistas, las guías y el teatro milenario de Metellinum
fundada por Quinto Cecilio Metelo Pío, otro lujo a nuestro alcance. Visto desde
arriba, impresiona y comenzamos en la barra improvisada que nos sirve para
otearlo a especular sobre aquello, cuando el Sr. de los Anillos nos espeta que
bien quisiera ser de mayor: Cataor de altramuces, aunque creo que le dio otro
nombre que ahora mismo no recuerdo. En fin, pasamos de un momento cultura a, bueno
dejémoslo ahí.
Cuando
nos disponíamos bajar la bici de Tricolor está pinchá y hubo que insuflarle el
aire suficiente para continuar. Hacia el camino apestoso ahora y nos es por su
olor precisamente, pero le tememos más que a una vara de maestro. Cubierto este
tramo, buscamos la orilla del Guadiana y seguimos y seguimos y Juan III sigue y
nosotros detrás sin saber hasta dónde, atravesando una tierra barbechera y
saliendo a la altura de los viveros y respiro aliviado. Ya me veía llegando a
casa a las cuatro y media y sin cerveza.
De ahí a
Villanueva por la Vía Verde, bien olvidada, aunque hoy se celebraba una salida
testimonial en bici para potenciar su uso. Es lo que hay, preocupación un día y
despreocupación 364 días.
Al
final, hubo cerveza o más bien cervezas, tres de un solo golpe, como el
sastrecillo valiente. En fin, correliebres, abro un breve paréntesis en mis
crónicas pues quehaceres y eventos me esperan y cedo la pluma a quien la quiera
coger y que los teatros milenarios no os dejen ver el camino.
CRONISTA: GURÚ
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