19 de septiembre de 2014

Desdoble de personalidad

Fotografía
Ruta: La Serrezuela
Distancia: 49kms.
Fecha: 31 de agosto de 2014

Crónica
            Somos tantos que podemos desdoblarnos e incluso tripartirnos y eso fue lo que pasó este domingo: un grupo, de inspección hacia la Cabra, que está ya más manida que la de la legión y otro, para La Serrezuela con bucle final bajo un sol justiciero.

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            En la salida se habló del final de las vacaciones para algunos y del comienzo para otros y con la expectación puesta en el calor africano que nos aguardaba. Dirección Don Benito partimos en busca de la fuente pinchá de un palo y el recorrido buscando el camino hacia Las Cruces donde el ritmo nos lleva con buena hora mientras nos cruzamos a viandantes, footineros, mediosmaratonistas, domingueros matinales e incluso en la lejanía disparos se escuchaban de cazadores en busca de presa tras la apertura de la media veda. Una vez superado el puente sobre el Ortigas nos desviamos hacia la izquierda en busca de La Serrezuela. El sufijo nos habla de una sierra sin importancia, vulgar, y es que efectivamente no hay subida grande, pero vamos tampoco hay por qué desprestigiar a la pobre, ¡cómo son los calabazones! Abajo, junto al camino, unos aparcamientos apañados no sabemos pa qué, estaban esperando la visita de los respectivos coches.

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            Así, llegamos hasta la cancela para aventurarnos en los insondables caminos que nos llegan al cruce del chaparro. Subes y bajas y vuelves a subir después de haber bajado y entre medias algún que otro banco de arena donde el patinaje artístico cambia tu forma de entender el camino. Parada obligatoria y división del grupo a la hora de comer: unos, donde siempre bajo la sombra del chaparro; otros como buenos pensionistas, buscando un cancho donde plantar las posaderas. Como auténticas verduleras, nos dedicamos improperios entre unos y otros. En este cuerpo a cuerpo, tres biciclistas unos metros más abajo se sonreían de las lindezas que escuchaban.
            Foto de grupo y vuelta al camino. Piedras, polvo, pedazos de surcos, y de nuevo subidas y bajadas, mientras vas esquivando ramas más duras que un garrote, hasta alcanzar el Cruce de las Cagarrutas. De ahí hasta el puente de la Pared, bajada infinita, preciosa entre alcornoques y gazapillos. Subidas y camino hacia la población jabeña. Ritmo rápido y llegada hasta la Cruz del Colegio, vamos seguro que no se llama así, pero como hay una cruz y el colegio está al lado, pues ya está, si hubiera un hospital pues eso, no se llamaría Cruz del Cole. Como son las once y cuarto y antes de las doce está prohibido beber cerveza, decidimos prolongar la ruta con subida por El Vergel, aunque nosotros lo llamamos Los Vergeles, que parecen que son más y dan así más respeto.

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            El grupo, se ha partido de nuevo, pues unos pocos han decidido tirar ya para Villanueva. Sin embargo, los del furgón de cola, hemos decidido ampliar el tema, y sin que sirva de precedente. El calor ya va haciendo de las suyas a esta hora y nos planteamos si ha sido buena idea. La garganta va más seca que la mojama y la vuelta se nos empieza a dilatar, saliendo al final 49 kilómetros y a las doce como Cenicienta, aparecimos en la terraza del Cervantes para endosarnos unas birras del paraíso, a las que se nos unió Sedas después de la ruta su casa-gasolinera-cervantes.

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            En fin, que La Cabra nos aguarda próximo domingo, paso previo al Cijara y sus venaos cachondos. 
                Agur correliebres y que el desdoble no os prive del peazo grupo.

CRONISTA: GURU

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