3 de mayo de 2013

Los 5 miles. Edición 2013


Era la primera prueba del año, y tras el buen recuerdo del año pasado, este era el primer test serio de la temporada. Lamentablemente mi hermano David, tras un proceso de mononucleosis y una faringitis crónica se había quedado en el camino y no podía asistir. Lástima, ya que tenía la espinita clavada del año pasado donde participó también en malas condiciones físicas. Convencida mi mujer y mi amigo José Antonio, que se desplazaba desde Santander para verme, partimos camino de Cabeza la Vaca el viernes 5 por la tarde.


Tenía reservadas 2 habitaciones en el Hostal Las 3 Encinas, donde nos atienden de maravilla. Nada más llegar, la primera sorpresa, un hombre nos indica donde aparcar, es el dueño del hostal donde nos alojamos, ya le conocíamos del año pasado. Empezamos con buen pie.




El tiempo, aunque ventoso, promete, luce el sol. Tras una excelente cena degustando los sabrosos platos de nuestro amigo, nos vamos a descansar, la mañana siguiente tenemos varias citas, por mi parte la prueba, mi señora esposa, mi peque y José Antonio una ruta de senderismo, otro punto para la organización, esto hace atractivo a los acompañantes acudir a las pruebas con sus parejas.

Suena el despertador a las 07:20 horas, acudo a recoger el dorsal tempranito, donde me reciben con los brazos abiertos, para evitar colas y vuelvo al hostal, con un frío helador, 1-2 grados. Desayuno con mi amigo una tostada de campeonato y me preparo para la guerra.

En el punto de salida me encuentro con los amigos de Cruz del Río, que me acompañan a la línea de salida. Esto hace más amena y rebaja la tensión de los primeros momentos, el encontrarse con compañeros de fatiga y además si son del pueblo mejor que mejor.

A las 09:30 tomamos la salida, neutralizada en los primeros kilómetros, recorriendo las calles de Cabeza la Vaca, para desviarnos al cabo de un kilómetro por un camino para enfilar la primera ascensión de la jornada. Señalar que en las ascensiones a los puertos, un letrerito nos informa de la longitud y desnivel del puerto, similar a los míticos puertos de los Pirineos y Alpes. Otro punto para la organización, estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia con otras pruebas.





Durante todo el recorrido los voluntarios nos indican en cada cruce, curva peligrosa, descensos técnicos, arroyos, etc. y nos avisan de la peligrosidad de estas situaciones. Nos animan, la gente de la localidad se vuelca con la prueba, todo el pueblo, da gusto correr así, uno parece que está compitiendo en el ciclismo profesional.



Me noto atrancado, no voy bien, nada más comenzar me falla el pulsómetro, las pilas se han agotado, y parece que con ellas también yo. No voy fino, como un pollo sin cabeza, el frío me tiene atenazado, el pie y las manos dormidas. No encuentro mi punto, y no disfruto de las subidas como es habitual. En la subida al Monasterio de Tentudía me uno a un grupo de Mérida, intento dosificar fuerzas e incluso en la rampona final (20%) les descuelgo, por momentos parece que voy encontrando mi ritmo.

Pero es un espejismo, pierdo contacto en la bajada, larga y sin demasiadas complicaciones. Me uno a otro compañero del mismo club y tras un gran esfuerzo enlazo con el minipelotón. Pero esta situación es breve y en las primeras rampas del siguiente puerto me descuelgo para perder definitivamente contacto. Al fin y al cabo es mejor, intento dosificar las fuerzas y marco mi ritmo. Esto me disgusta un poco ya que en otras ocasiones, subiendo, y a medida que avanza la prueba me suelo encontrar mejor. 



A medida que transcurre la carrera voy perdiendo gas, y si no me vengo definitivamente abajo es por la experiencia en tantas marchas. Dosifico, pongo desarrollos cómodos y marco mi ritmo, de este modo voy adelantando. En uno de los descensos veo que una manada venados se nos cruza por el camino, es una imagen de inimaginable belleza, casi hipnótica, ya de por si el paisaje es deslumbrante, con esta visión queda justificada la asistencia a esta marcha.

Todo es positivo en Los 5 miles, la organización, el paisaje, el tiempo, todo, excepto mis sensaciones, no voy bien. En una de las subidas sufro una caída, una rampa, según marca mi Sigma, del ¡22%!, el biker que va delante hace una S y me tira al suelo.



Aprovecho para engrasar una vez más la cadena por miedo a rotura. En los kilómetros finales, eternos, voy adelantando a un sinfín de cadáveres. La prueba es dura, muy dura, pero maravillosa. Llego a meta a las 15:00 horas, lejos del tiempo que tenía previsto. Me recibe uno de los organizadores de la prueba con ánimos, mi mujer y mi amigo J. Antonio, también mi pequeño Mario.



Ellos se lo han pasado bien, han participado en la ruta de senderismo de la mañana. Compruebo al bajarme de la bici que la rueda delantera va floja, casi suelta, y que he dañado la horquilla, madre mía, desde cuando llevo la rueda suelta, desde la salida, glub!, casi me da pánico pensarlo, como he podido cometer este error, las prisas, no me lo explico.

Me disgusto, y ya no dejo de pensar durante toda la jornada en lo mismo. Una vez comido, cojo a mi familia y a mi amigo y les llevo al Monasterio de Tentudía, a dar gracias a Dios por salvarme la vida, je, je, je. Por la noche nos pegamos un homenaje de miedo con una deliciosa cena, citándonos para el próximo año, espero que con mi hermano.



Quiero agradecer a toda la organización por ofrecernos tan extraordinaria prueba, la posibilidad de recorrer estos paisajes y convivir durante estos días con sus gentes, un lujo. Después de haber participado en pruebas de toda la geografía española y Francia, Soplao incluido, he de decir que Los 5 miles está a su altura sino las supera. Ni un fallo, en todos los cruces personal indicando, avisando, avituallamientos, Cruz Roja, motos, Quad, Guardia Civil, mecánicos, etc. Vamos espectacular. Trato con cariño a todos. No puedo decir más. Seguid así, no cambiéis.



Mención especial para mi hostal favorito, Las Tres Encinas, y para sus dueños, encantadores de verdad, mejor imposible. La relación calidad-precio es insuperable y su simpatía y amabilidad es fuera de lo normal. Un 10 para ellos. Gracias también a mi amigo J. Antonio, desde Santander hasta Cabeza la Vaca, casi 1000 kms para verme, eso lo dice todo. Y que decir de mi mujer y mi peque. Bueno ahora a recuperarse y a prepararse la siguiente, El Bierzo, La Road Warrios, junto a mi brother.

Escrito por Pablo Cántabro

9 comentarios:

  1. Pablo, entran ganas de prepararla el próximo año,aunque entre a la hora de la cena.Que buena crónica campeón, parece dura dura de verdad. Un abrazo crack

    ResponderEliminar
  2. Pablo, eres un auténtico crack. Te tengo en un altar.
    Lo tuyo sí que son retos de VERDAD y no aficionaíllos como yo. ¡Qué se le va hacer! Cada uno disfruta como puede, aunque sea sufriendo. Lo dicho: orgulloso de tenerte entre nuestras filas.

    ResponderEliminar
  3. Pablo, eres un auténtico crack. Te tengo en un altar.
    Lo tuyo sí que son retos de VERDAD y no aficionaíllos como yo. ¡Qué se le va hacer! Cada uno disfruta como puede, aunque sea sufriendo. Lo dicho: orgulloso de tenerte entre nuestras filas.

    ResponderEliminar
  4. Mi mensaje ha salido dos veces, lo he hecho desde casa y creo que no hay eco...

    ResponderEliminar
  5. Pablo el Cántabro3 de mayo de 2013, 21:54

    Gracias Gurú y Comanche,
    orgulloso me siento yo de pertenecer a la Peña y poder lucir sus colores en las pruebas. Os pido disculpas si no voy a menudo con vosotros, pero seguro que me perdonáis.
    Finalmente, el próximo día 1 de junio de 2013 participaré en el Soplao, aunque no lo tenía previsto, y luciré y promocionaré la peña de la cual soy miembro y de la que me siento orgullos, El Trébol.
    Gracias Chicos.

    ResponderEliminar
  6. Que buena ruta Pablo, eres una máquina. Mira que acabar la ruta con el freno de mano echado en la rueda delantera. Suerte en el soplao que seguro que dejas el listón bien alto.

    PD: Para los reyes me voy a pedir unas piernas como las tuyas

    ResponderEliminar
  7. Impresionante tu dedicación y disfrute con la bicicleta. Afición y pasión en estado puro. Suerte y mucho ánimos para las siguientes rutas de "profesionales".

    ACr46

    ResponderEliminar
  8. Muchisimas gracias Pablo, por todo.. por tu asistencia a nuestra ruta, por tu esfuerzo durísimo y por esta magnifica crónica en la que detallas todo a la perfección. Nos hubiera encantado que David estuviera aquí contigo, el próximo año será. Y también darte las gracias, dice mucho de ti, el hecho de obviar el fallo en las clasificaciones de cicloturistas, lamentamos de verdad este hecho. No te preocupes que estamos impacientes de que llegue el año que viene para poder resarcirnos y hacer que ésta ruta siga avanzando para ofreceros lo máximo a vosotros que sois los verdaderos protagonistas y los que hacéis grande LOS 5MILES...
    GRACIAS.

    ResponderEliminar
  9. Pablo el Cántabro7 de mayo de 2013, 20:54

    Gracias Josele, por supuesto que el año que viene me tenéis con vosotros, sin duda, en la mejor marcha de Extremadura, sin lugar a dudas, gracias por todo. Podéis estar orgullosos de vuestro trabajo.
    Venga chicos, a por la Edición del 2014, seguro que conmigo acuden muchos compañeros, y algún trébol
    Abrazos
    Pablo

    ResponderEliminar