3 de mayo de 2013

La unión hace el grupo


Todo empezó un miércoles 27 de marzo de 2013, tenía previsto hacer alguna cosa especial para estos días, subir algunos puertos de la zona, con motivo de la llegada desde Santander de mi brother. Ese día fue cuando Teles lanzó el guante, aprovechando la reciente marcha de la peña a Guadalupe. Y como no en cuanto llego a mis oídos y recibí la aprobación de mi hermano David, convaleciente desde hace 2 meses por una mononucleosis + faringitis crónica, recogimos dicho guante-reto como no podía ser de otra manera.


Mi única duda era el no hacer daño a la recuperación de David que empezaba a dar las primeras pedaladas después de su latosa mononucleosis. Además, su mujer me había dicho el día anterior con una enigmática frase “lo dejo en tus manos”, madre mía que responsabilidad, seré un IRRESPONSABLE.



SABADO DIA 30-MARZO-2013
La noche anterior se había apuntado otro de los adictos a este tipo de aventuras, Calaman. La cita era a las 8 horas de la mañana en la Vía Verde de Vva. Sergio-Micromachine y yo (El Cántabro) llegamos con un retraso de 15 minutos por una gastroenteritis que afectaba a Sergio. Al final la salida a las 08:25 horas, ya empezábamos a acumular retraso. Finalmente salimos.

Marcan el ritmo Teles-Martillo Pilón y Cálaman en los primeros momentos, todo según lo previsto. A la altura de la estación de Rena suena como si nos hubieran pegado un tiro, reventón de la cubierta y la cámara de la rueda trasera de Sergio, mala suerte, lamentablemente y sin poder hacer nada, con la pena de todo el grupo y en especial de Sergio, ilusionado con la aventura, le dejamos solo en dicha estación.



Tal vez y a pesar del disgusto, esto fue lo mejor que podía haber pasado, Sergio con una gastroenteritis y con malestar general tenía serias dudas de poder terminar, una lástima pero de haber continuado todo podía haber sido mucho peor. No por ello deja de ser un CAMPEÓN, y solo por el hecho de haber decidido acudir aún a sabiendas que estaba enfermo y por su ilusión merece todo el reconocimiento como si de terminar la prueba si hubiera tratado.



Kilómetros después y antes de llegar a la estación de Madrigalejo dos nuevos pinchazos de Teles, corte en el dedo del que escribe (El Cántabro), el retraso se acumulaba y el reto empezaba a venirse abajo, caras de preocupación y agobio. Julio-Cálaman marca el ritmo, un buen ritmo, excelente diría yo, sin prisa pero sin pausa, no paramos ya hasta Logrosán, y de ahí hasta Cañamero por la vía verde.



Cruzamos varios arroyos, alguno con el agua hasta la cintura, tal es así que David compra en Cañamero tres pares de calcetines. Vamos con un poco de agobio, llevamos un retraso acumulado importante, los pinchazos y el reventón, además de la partida con más retraso de lo previsto nos pesa como un lastre, 13:00 – 13:30 hora más o menos.



Y llegó Puerto Llano, que os voy a decir, ya lo conocéis, el paisaje, impresionante, cascadas por todos lados, valles, cabras, vacas, águilas, ciervos, todo es deslumbrante, y al fondo una rampa del 20% que nos espera, me encanta, por fin un puerto, solo por esto, merecía la pena estar aquí, además de la compañía claro esta. Iniciamos la ascensión, Teles como es habitual marca su ritmito, David y Julio me siguen, advierto a David, que a pesar de ser un superclase lleva varios meses sin coger la bici, que no abuse y vaya a su ritmo, al final me hace caso y a patita. Julio llega arriba también. Teles corona bien, sabiendo de sus posibilidades y reservando fuerzas para la vuelta.



La ascensión, a pesar de corta, muy bonita, con curvas de herradura, etc. He de decir que el tramo de Logrosán a Guadalupe es precioso, tanto David como yo disfrutamos mucho, subidas y bajadas, riachuelos, senderos, todo decorado con un paisaje de impresionante belleza. Las lluvias caídas estos días lo hace más bonito si cabe. Una vez llegados a Guadalupe y después de reponer fuerzas brevemente, comemos un poco, nos cambiamos de calcetines, llamamos a nuestras parientas, y sentimos un poco de preocupación la verdad, no disfrutamos del marco, incluso las fotos que sacamos las hacemos con desgana, tenemos frío, hace un viento desagradable.

Son las 14:15 horas, y todo se presenta bastante oscuro, el cielo que amenaza lluvia, la vuelta complicada, y sobre todo la hora, tenemos que afrontar 90 kms de vuelta y la noche se nos viene encima... tras diversas y diferentes opiniones, al final creo que reina la cordura, sometemos a votación la vía de regreso: por carretera.



Sinceramente volver por camino era una decisión muy arriesgada y peligrosa, teniendo en cuenta el riesgo de pinchazos, viento en contra de hasta 25 km/h de media, sin iluminación adecuada, la noche la teníamos garantizada, 5 horas no nos las quitaba nadie, eso seguro. David con 3 días de entreno era una incógnita, y no es conveniente subestimar esas cantidades de kms., y menos por el monte. Una vez resuelta esta decisión, que creo que era la más lógica y razonable, iniciamos la vuelta.

Coronado Puerto Llano desde Guadalupe, iniciamos el largo descenso hasta Obando, David y el menda marcamos un ritmo cómodo para no sufrir. Tengo que decir que David iba de lujo. Después de 34 kms y con el culo pelao llega el mejor momento del día, el cafelito de Obando, que maravilla, que bien sienta, calentito, relajados, ahora ya si que estamos todos más tranquilos, y esas pequeñas diferencias que había en Guadalupe finalmente quedan olvidadas, todos reconocemos que el regreso por carretera ha sido una buena decisión. Después de reponer fuerzas, engrasar las máquinas, y vaciar líquidos, iniciamos el regreso hasta Villanueva.



Desde Guadalupe hasta Villanueva solamente 1 parada en 90 kms, os podéis imaginar el culo, a estas alturas ya anestesiado. Llegamos al punto de inicio a las 20:00 horas y damos por concluida la RUTAZA.

Apenas tenemos tiempo de despedirnos y hacernos la foto de rigor, Teles tiene que ir “AL CARREFOUR” a hace la compra, este tío es incombustible. Quiero hacer mención especial a la "UNIDAD DEL GRUPO", tal vez alguno de nosotros podía haber empleado un ritmo más alto, tal vez podíamos haber llegado antes a Guadalupe, tal vez... Tal vez no hubiéramos llegado sin la "Unidad del Grupo", tanto el ritmo marcado, adecuado para todos, compacto, como la organización y el compañerismo hizo que este reto se pudiera llevar a cabo con éxito. En todo momento fuimos juntos, sin acelerones, sin exhibiciones, sin alardes de fuerza, en este tipo de pruebas eso son tonterías, reinó la lógica y todo fue más fácil. El que quiere demostrar su fuerza que acuda a las marchas cicloturistas competitivas, Los 5 miles, Camino a la Perdición, Dessafío Sur, no te digo El Soplao. Que demuestre ahí lo fuerte que está.



También quiero hacer otra mención muy especial, DAVID, mi hermano, aceptó el reto desde un primer momento, aún a riesgo de poner en peligro su recuperación, además demostrando que es un fuera de serie, marcando el ritmo en la segunda parte de la carrera con un una clase insuperable, todo ello gracias a su inmensa experiencia en pruebas y competiciones cicloturistas. Cálaman, otro fuera de serie, marcando el ritmo en la primera parte de la marcha, con una constancia y paciencia a prueba de bombas, acabo la prueba como un campeón. A Teles, que voy a decir de martillo pilón, pues eso que es incombustible, y que antes de terminar la prueba ya estaba proponiendo la del año siguiente, el ideólogo de esta aventura es un portento físico, y una persona inteligente que sabe dosificar en todo momento. A Sergio-Micromachine, que merece todo el reconocimiento por su implicación en el proyecto, y que el año que viene seguro que repite en la nueva locura de Teles. Por mi parte, ya pienso en Cabeza la Vaca, el sábado 5 de abril, mi próximo reto.

Escrito por Pablo El Cántabro

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