Ruta Express

Fecha: 21 de abril de 2013
Distancia: 40 kms.
Recorrido: Cuesta de Los Guzmanes-Puente de la Pared + Día de la Bicicleta

Crónica
No es que la hora de la quedada fuera temprano (8:30), sino que nos pusiéramos a pedalear inmediatamente. Hacía un poco de rasca a esa hora, pero en un par de pedaladas más adelante, aquellos que habían optado por la moda otoño-invierno, ya le sobraba casi todo.


La dirección que tomamos fue hacia Don Benito, donde nos aguardaba el Gallego, en compañía de una troupe de no sé cuantos ciclistas de no sé cuantas peñas. Algo tendremos que tener de bueno, pues tenemos compañeros de la ciudad vecina o dormitorio como apuntaba uno de nuestros tréboles. El caso es que hoy llevamos un paso cercano al trote, de cestita, quizá porque nos aguardan unos últimos cuatro kilómetros en compañía de nuestros infantes.

La empanada mental, que me acompañó toda la ruta, afectó al riego sanguíneo y no lograba recordar por dónde había que tirar. Mi cerebro hizo un reseteo a lo meninblack y andaba más perdido que un mariquita en una rebaja de bragas. Afrontamos de tal manera las subidas en dirección a la cuesta de todas las cuestas o la madre de todas las cuestas, no sé. Antonio, proveniente de Villanueva corre y mucho, nos pide consejo para afrontarlas, pues se está iniciando en esto del pedal y el secreto no es más que “agarrarse como una garrapata y tirar palante apretando dientes y riñones”, pero a pesar de tener poca distancia, el agarre y la inclinación hace que el pulgar mire para abajo y como en la arena del Coliseo, algunos hinquemos la rodilla y claudiquemos, que la den… otra o alguna vez será.

Tras breve descanso iniciamos la bajada, advirtiendo a aquellos que desconocen el tramo, que anden con cuidadín, vamos que tiene su peligro. Andaba a mitad de grupo cuando Darth Biker, sufre un llantazo o reventón y se cae en mitad del camino, pasando a ocupar su lugar correspondiente en el Jostiómetro. Antes, un grupo se había detenido a consecuencia de la galleta de Antonio, bautizado el Apache, por su amistad con El Comanche, de lo que se deriva la enemistad con el Sioux, quien a su vez tendrá que buscar coalición, ¿quién sabe?, con los mohicanos, navajos, pieles rojas, cheyennes o quizá y como último recurso, con los pies negros… Parte: quemaduras varias y primer recuerdo en la feria de los caminos polvorientos. Más adelante ya hubo que bajarse de la burra, pues entendimos en ese tramo del camino lo que es “lavado a la piedra”, pues toda la arena que compactaba aquellos metros había sido arrastrada hasta las playas de Ayamonte.

Tras hacer de funambulista por un rato, evitando cráteres más grandes que el del Mauna Loa, alcanzamos nuestro pestilente cruce, bautizado como el de Las Cagalutas, por si a alguien le quedaban dudas. El rastro orgánico que la oveja deja por estos lares es perenne, como las hojas del roble y un manto de abono cubre la amplia superficie de la dehesa. Vamos, que no hay que ser Sherlock para decir aquello de “mira por aquí ha pasao una oveja”. Nos espera una bajada de vértigo a través de la Autovía de la Dehesa, hasta llegar al Puente de la Pared. Cuál es mi sorpresa que allí no se encuentra ni el fantasma de la Ópera. Así que decido seguir subiendo las cuestas y tan solo me topo con el Gallego, que parapetado en la sombra del chaparro, me comenta que el resto ha tirao palante, lo mismo me dice Martillo Pilón, tan solo unos metros más allá. La gente ha apretado para llegar a tiempo al Día de la Bicicleta.

De tal forma, me veo solo, desamparado, y haré los siguientes 10 ó 12 kms. solo, sin compañía, no veo ni a los de delante, ni los de atrás. Así que me sumerjo en un ejercicio de introspección personal y empiezo a reflexionar sobre… bueno, eso es personal, ya sería mucho que me desnudara como lo hago tendido en el diván del psiquiatra. ¡Venga!

Llegué al Colegio Cervantes, y empecé a ver a tréboles que por diferentes causas no salieron de ruta: Induráin, que nos puso al día, Huan Solo, Pacorretales, que participaba en la organización de tan magno evento, El Desgastador… y poco a poco se fueron incorporando el resto de los ruteros. Cuatro kms. urbanos por delante y un placer compartir distancia con chicos, chicas, mayores, menores, medianos de la Tierra Media, y un largo etcétera.

Bueno, pues nada correliebres que la fuerza y las ganas os acompañen.
Próximo domingo, las 4 ermitas, no faltéis a la cita e id como os parezca, pero no olvidéis la bicicleta.