25 de diciembre de 2012

Ni se acabó el mundo, ni tocó la lotería…


Fecha: 23 de diciembre de 2012
Distancia: 39 kms.
Recorrido: El que quiso Carlosbiker

Crónica de la ruta
El que esperara en esta crónica encontrar el cataclismo definitivo, le defraudará. Ni la peña se divide, ni se acabó el mundo, ni nos tocó la lotería, ni ná de ná, ... emociones fuertes buscarlas en el próximo Consejo de Ministros.
El día apuntaba a excepcional, como así sería en lo climatológico, en lo de las relaciones trebolianas sirvió para hacer grupo y es que lo que no te mata te hace fuerte, así que nos sometimos a una terapia grupal y sin haber consensuado ninguna ruta -algunos dudaban si la habría-, nuestro Carlosbiker nos propone una campo a través por las dehesas de la zona del Ortigas. El número se viene estabilizando y no hay domingo que se nos unan nuevas caras, como fue el caso del Sioux, un especimen que viene a engordar nuestro delegación calabazona y ya vamos por media docena, si no me equivoco. También aparecía por allí, Charlybiker después de unos meses dedicados a sus quehaceres formativos, olé ahí. Por otro lado, dos bajas por lesiones que incapacitan a tréboles habituales: Imedio, que casi se deja un deo y su correspondiente huella dactilar en su trabajo y El Desgastador, que bajando la Cabra, se dejó la posibilidad de seguir saliendo durante una temporada y medio divorcio seguro.

Magacela a lo lejos sobre la niebla parecía "el castillo del vampiro"
Hoy, volvemos a ser el grupo heterogéneo que somos y enfilamos hacia Don Benito nuestras ruedas. La proximidad de la Nochebuena, hace que nuestros espíritus nos conduzcan hacia los mejores deseos: ¡Qué bello es vivir!, que diría Frank Capra. Tan eufóricos vamos que el Sr. de los Anillos abandona mi compañía para bajar por el terraplén del puente del Ortigas en la carretera hacia Las Cruces, está exultante, ¿triunfó anoche?, un rato antes nos trató de vosotras, en fin, ¡qué se le va a hacer! El ritmo es bueno hasta llegar a la cancela que nos introduce en el maravilloso mundo de la dehesa. Lo que hoy tenemos claro es una cosa: los pies no se mojan. Así que el sorteo del charco, es más entretenido que el sorteo del día anterior. 

Parecía facil pero tardamos en elaborar la idea
Ahora las hormiguitas trebolianas se mueven como si hubieran esparcido polvos zeta-zeta y empezamos una desbandada entre alcornoques belloteros. Subiendo y bajando, evitando charcos y pedruscones, transcurre nuestra odisea. Colmenareño, que bajado desde los madriles me explica su técnica para no ser salpicado: levanta las piernas y a tomar por cu… Reagrupación en el cruce de las cagalutas y momentos de gloria para nuestros gaznates y terapia grupal. Algún amago para alargar la ruta, pero hoy tenemos tatuado en la frente: este mediodía caen un par de rubias. Así que bajamos a todo trapo por la autovía de la dehesa, hasta llegar al Puente de la Pared, con algún susto por la aparición repentina de un coche traicionero.
¡Esto es España!... 3 trabajando y 18 mirando... jejeje...
Ya en el puente, asistimos al desvarío colectivo que nos caracteriza. Nos desenfundamos el casco e intentamos formar algo parecido a un árbol de navidad y mientras observamos el espectáculo delirante, un motociclero intenta atravesar el Ortigas con poca fortuna, así que nos asomamos por el puente y arengamos al citado motero para que se bañe integralmente. Reanudamos la ruta y apretamos de lo lindo para llegar hasta La Haba y nuestra cruz reagrupadora. De ahí hasta Villanueva por los consabidos repechones, cuatro o cinco, no sé y mira que hemos pasado veces.



Por fin en Villanueva, la gran parte del grupo, nos estacionamos en la puerta del bar, al jol y allí caen las rubias fresquitas que nos esperaban. El lugar sirve para chascarrillos y coñas y por allí aparecen Los Cruzaítos que vienen de hacer una de esas megarrutas que se marcan, hoy además les prestamos al Coronel, que ya a esas horas tiene que estar en su pueblo. Al final, se nos suma Induráin que venía de escalar Magacela y que hoy decidió salir solo.

Tomando la foto
En fin, que como la Galia, también en Trebolandia hay momentos para el goce y el disfrute.
El próximo domingo final de la temporada y del año. Esto es todo, amigos.
El resultado final... ¡Nuestro arbolito Trébol!

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