31 de octubre de 2012

No habrá paz para los perdidos



Fecha: 28 de octubre de 2012
Recorrido: Puerto de La Cabra – Helipuerto de La Lapa
Distancia: 68 Kms.

Crónica
Se sabía que la ruta de hoy discurría por unos parajes que normalmente llama a la forma de ser de cualquier trébol. La Cabra es visita obligada y ansiada por cualquiera de nosotros, por lo que esta mañana fría, al llegar al punto de encuentro se podía comprobar el grado de llamamiento que tiene esta cita. 17 tréboles uniformados con las nuevas chaquetas térmicas. Algunas bajas notables como El Papa (esto parece un divorcio), Socorrío y Lobosolitario. Estos últimos iban a realizar una ruta paralela por las trialeras del Ortigas, puesto que por quehaceres tenían que llegar antes de las 12:00. Buena elección, porque la ruta de hoy resultaría una odisea.


Todos juntos comenzamos el camino dirección a La Haba por el camino junto al puente del ferrocarril de la rotonda de Las Mimosas. En el primer par de kilómetros ya la primera incidencia: el móvil se queda bloqueado, teniendo que pararme y quitar la batería, teniendo que iniciar de nuevo la grabación del track de la ruta. Juan Imedio me espera, mientras otro grupo de bikers de Villanueva nos supera a muy buen ritmo.



Proseguimos hasta La Haba, reuniéndonos con el resto del grupo que esperaban a la salida del pueblo, tomando el camino hacia el Puente de la Pared. Y a mitad de este trayecto, ya se sabe cuando se junta en un espacio-tiempo un trébol, una bici y una roca en mitad del camino. Pues que siempre hay alguien que intenta dar un salto “espectacular”, pero con resultados diversos o diferentes a los esperados. Y esta vez fue El Desgastador fue el que puso en práctica una vez más una de las Leyes de Newton, y en un salto en el que levantó la rueda delantera hizo un giro hacia atrás cayendo de espaldas, y que por la fórmula F = G*(M1*M2)/R2 (donde G es la constante de gravedad universal) puso en práctica la atracción que sufren dos cuerpos según sus masas. Y es que la masa de La Tierra es bastante mayor que la de El Desgastador por lo que a la Tierra no le dolió el golpe, pero lo que es al “acróbata”, le dejó marcado para el resto del camino. Algunos tréboles increparon a este reportero por realizar alguna foto de tal evento y no tener la debida consideración con el “costalazo”. Pero quiero recordar que el “derecho de información” está recogido en la Constitución Española (art. 20) que recoge el derecho a recibir y emitir información libremente, sin consignas ni censuras, se la pegue quien se la pegue, o como se la pegue. Espero no acordarme de esto que estoy diciendo.



Llegados al Puente de La Pared, El Socorrío y Lobosolitario (junto a un tercer biker "candidato a Trébol"), se desmarcan del grupo y continúan su ruta por las trialeras del río. Los demás, giro a izquierda y camino serpenteante hasta el cruce que es el inicio del camino hacia La Cabra.



Por el camino, encuentro con 2, 3 o 4 grupos bikers de distintas peñas. ¡Ni que dieran caramelos en esos caminos! Los últimos en encontrarnos, un grupo de ruteros, que no se muy bien a donde iban, pero que no ‘picaron’ en nuestros ofrecimientos en acompañarnos.

Comienza el camino, y los nuevos en esto de subir a La Cabra empiezan a ponerse un poco nerviosos. Y es que la leyenda de La Cabra se extiende, y su sombra es alargada. Las instrucciones son claras, y los “nuevos”, con oído atento, escuchan las sabias (o de mofa) palabras de los más veteranos y maestros en esto de subir: “Que no os dé vergüenza en meter plato pequeño”. Y al llegar al árbol en el que se gira a derechas, nos encontramos con el primer gran repecho, y como se ha avisado, plato pequeño.



Desde este punto observamos que están haciendo un nuevo camino paralelo que no sabemos muy bien a donde llega, al menos, todavía, pero que ha hecho que esta primera parte esté en mejor estado. Desde aquí hasta el puerto, cada uno con sus posibilidades. Una vez arriba, los más fuertes continuaron hasta el mirador, mientras que los demás esperábamos comiéndonos nuestras mejores viandas para recobrar fuerzas, puesto que el objetivo de hoy no era subir hasta lo más alto. Un vez reagrupados, foto de grupo, no sin antes hacer malabares con el móvil que iba a servir para inmortalizar tal momento: que si en el sillín de la bici, que si sobre un casco sobre el sillín, que si sobre una piedra, que si sobre un casco sobre la piedra… Al final, ‘clic-clic’, y foto al fin.



Continúa el camino por el descenso que lleva al cruce de la subida al helipuerto. Juan Imedio y yo nos quedamos en la cola del grupo y vamos quedándonos rezagados. Una voz oigo por mis espaldas: “He pinchado, he pinchado”. Me paro e intento avisar con silbidos al grupo delantero, pero parece ser que el gran viento existente les golpeaba en los ‘pabellones auditivos’ (vamos, las orejas de toda la vida) produciendo una insonorización del ruido ambiente. O eso, o no me explico otra cosa para que no se oyera. Nos paramos, reparamos el desaguisado, y continuamos.

Al llegar a la primera bifurcación de caminos nos paramos en el justo momento El Gurú llama a Juan Imedio: “-¿Dónde estáis? –En la bifurcación, ¿derecha o izquierda? – Izquierda, aquí os esperamos”. Primero, ni sabemos donde era “aquí”, ni nos estaban esperando, como se comprobó después. Los dos seguíamos el camino pensando en donde encontraríamos al grupo. Por la cabeza me pasaba la idea que era extraño que ni El Gurú ni el Sr. de los Anillos aflojaran el ritmo para que los alcanzáramos, por lo que seguíamos y seguíamos. Pensábamos que al llegar al cruce del camino hacia el helipuerto estarían esperando, pero al llegar, nadie, nadie. “Joder, no se han parado ni a esperar”.



Seguimos hasta la cancela que da paso a la carretera EX345. Metros antes de llegar nos damos cuenta que tampoco estaban allí. “Que cabr…, no han esperado ni aquí. Éstos son capaces de haber seguido”, pensamos. Juan Imedio vuelve a llamar a El Gurú: “-Dónde estáis. – Nos hemos perdido, no sabemos donde estamos.” En ese momento me viene a la cabeza la historia de niño perdido que se encuentra la policía y les dice: “Guardia, guardia, mis padres se han perdido.” Y es que, ¿cómo puede ser que un grupo de 15 personas se pierdan, y los supuestos perdidos sean los que estén en el camino correcto? A los 15-20 minutos aparece El Gurú sólo: “- ¿Y la gente? – Tú sabrás, ¿no estaban contigo? –Creía que estaban ya aquí. –Pues donde están”. Pasados otros 10-15 min. Aparece otro grupo con Pakete, Sr. de los Anillos, Caballito, Carlosbiker, Tornibiker, y demás. Y por último, después de otros 10-15 min. el resto del grupo bajando por un cortafuegos.



Comenzamos el camino de vuelta a casa por la carretera que nos lleva a la ermita de Las Cruces para evitar el camino de barro rojizo que en otras rutas ha hecho sufrir a nuestras monturas y a nosotros mismos. Un vendaval de aire en contra llevaríamos hasta llegar a la ermita, después a Don Benito y por último a Villanueva, provocando que el grupo se estirara, fraccionara y de nuevo ayudara a los que menos fuerzas tenían ya en sus piernas.

Hoy no habría refrigerio en ningún garito puesto que no eran horas. Todos llegábamos tarde a nuestras casas, esperando no encontrarnos a la parienta con el amasador tras la puerta. La semana que viene ruta desde Mérida por Proserpina y Cornalvo hacia Villanueva. Animaos y disfrutad.

Escrito por: Carlos (Induráin)

1 comentario:

  1. Tornibiker: Un trabajo fabuloso Carlos, como siempre, haces k las rutas volvamos a vivirlas con tus crónicas.
    Grache Induráin

    ResponderEliminar