Veni, vidi, bici

Recorrido: Ruta de Las Boverías (sentido Don Benito) 
Fecha: 7 de octubre de 2012
Distancia: 48 Kms.
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Crónica
Doce tréboles nos reunimos hoy. Doce unidades y doce uniformados. Creo que es de las pocas veces que coincidimos todos luciendo los colores verde, blanco y negro (estos me suenan). Aunque hoy también tenemos la compañía de dos bikers más con equipación de la peña Cruzcambike de Medellín.

Bienvenidas y saludos de los unos a los otros, y viceversa, y comenzamos a dar pedales pasando en fila de a uno por el pasaje que han dejado para atravesar el paso a nivel del Corazón de Jesús, hacia el Paseo de Castelar, que me recordó a las majestuosas y duraderas (y por tanto famosas) obras de la M-30 de Madrid.


Llegando a la rotonda de Carrefour, recorremos un tramo en sentido contrario a la circulación y atravesamos el seto de arbustos que dan paso al camino trasero de Muebles Ávila, donde comentamos humorísticamente sobre el día que nos cojan realizando tal acto la Guardia Civíl, en referencia a nuestro ‘picoleto’ trebolero Gallego, en el mismo momento que pasa su mujer en coche y con su perrito por la ventanilla dando la impresión de decir: “¡Insensatos! Como os coja mi dueño os va a crujir. Pero… ese… si ese es él. ¡Locooo...¡ Pero que hacesss... ¡Guau, guau, guau!”

Proseguíamos por el camino por el que hoy teníamos que atravesar el arroyo, porque el lado derecho del camino volvía a ser un gran charco. Se realizan algunos comentarios sobre la posibilidad de cruzar montados sobre las bicis. Los grandes valientes no se amedrentan ante nada, y con un valor sobrehumano se enfrentan uno a uno a cruzar el arroyo por el sitio de costumbre que… que el lodo formado por la poca agua no cubriría ni los tacos de las cubiertas, ¡POR DIOS!

Una vez superado la primera prueba del día, camino hacia Don Benito y después por el de Las Cruces hasta el camino que lleva al circuito de motocross, donde se estaba celebrando, al parecer, el Campeonato de España de MotoCross.

Pasando al lado del circuito veíamos como uno tras otro, uno con más estilo y otros con menos, saltaban en un montículo que estaba pegado al camino, momento en que me vino a la cabeza la persona de Lobosolitario, que hoy no venía con nosotros, pensando que si le dejaran, daría más saltos con su ‘bici coja’ que los que estaban allí.

El ritmo que se llevaba era constante, no rápido pero ligero, nada de tirones ni piques, se hacía agradable el rodar. Las conversaciones versaban en dos temas principales: la pasada Ruta de Medellín y la odisea de la Ruta del Cíjara.

Comienzan caminos de repechos y subidas, pasando por Cabeza Redonda y el ‘pasaje de pedruscones’ entre zarzas y cactus, donde más de uno echó pie a suelo (más bien al pedruscón).
Parada para comer algo y observar la llamada del Sr. de los Anillos en busca del Jabalí en celo mientras disponía la cámara para la foto oficial, culo en pompa.

Continuación hasta la finca Las Boverías. El mirador de La Cabra se veía tan cerca que entraba ganas de coger desvío y enfilarlo hacia arriba. Alguno apuntó que el camino que existía era muy malo para afrontarlo, por lo que ninguno se separó del grupo y hacer un bucle particular.

Llegando al “cruce de las cagalutas”, rápido descenso hasta el Puente de la Pared, donde nos encontramos con otro grupo de bikers, demostrando que este puente es punto de paso de multitud de rutas diferentes y de obligada visita.

Desde aquí, paso por La Haba y dirección a casa. Una muy buena hora de llegada. Unos a lavar las bicis, otros, como yo, como niño bueno, a casa, y no puedo contar si hoy hubo ‘zumo de cebada’.

Día tranquilo que bien se puede resumir en el título “Veni, vidi, bici”.

P.D: Como se ha comprobado, siempre hay rutas tranquilas para que cualquier biker “solitario” decida probar y hacerse Trebolero. Seréis bienvenidos. 

Por: Carlos (Induráin)