18 de octubre de 2012

¡A mi primo le falta un tornillo!


Recorrido: Vva.-Encomienda-Valdivia-canal secundario-badenes-Entrerrios-Vva
Fecha: 14 de octubre de 2012
Distancia: 46 Kms. 
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Crónica
Hoy hacía un día de los llamados “de entretiempo”. El “entretiempo” es la conocida estación del año que no aparece en ningún libro, que no se enseña en los libros, pero que todo el mundo conoce. Ese periodo en el que nadie sabe que ropa vestir. Frío hacía, pero sin saber si iba a más o a menos. Y en esas que nos presentamos 13 bikers (no hay trece malo) en el punto habitual. Unos con culotte corto, otros, largo. Unos con maillot y manguitos, otros con chaqueta térmica, y otro con braga polar. Entre nosotros miembros que hacía tiempo que no nos acompañaban, como Pablo El Cántabro y Dani Campos y... un nuevo acompañante, el primo de La Bestia, (podría haber sido el de Zumosol) que lo que es cojo, no andaba cojo, con una Ghost de doble suspensión.


Iniciamos dirección hacia el Paseo de Castelar, pasando una vez más por las obras de la M-30 serona, donde le hago la indicación a El Gurú de que a Entrerrios se iba por el sentido contrario, a lo que me responde que hoy la ruta se hacía en sentido contrario. Vía Verde (jeje, otra vez) y p’alante.



Primer objetivo, subir el cerro de Acebuchal. Una vez en la cancela que da acceso a la subida se comienza a respirar un olor peculiar. Mirando a la cara del Sr. de los Anillos comprendemos que ese olor era olor a ‘cangela’. Hoy era el primer fin de semana de caza y es zona de cazadores y, lo peor, de disparos. Y como nuestro Sr. Presi es nuestro guía le seguimos. Nos enfrentamos a la parte ‘maldita’ de esta ruta, aquella que nos hizo sucumbir en rutas pasadas. 21 veces sucumbimos en ese tramo, donde conocimos la palabra “abrojo” en toda su plenitud.



Pudimos comprobar la penosa situación del río, cubierto… ¿quién dice cubierto?, completamente tapado por el Jacinto de agua, más conocido como Camalote, planta invasora de los cauces de Extremadura, y de media España, originaria de América del Sur (Eichornia crassipes, planta herbácea acuática perenne perteneciente a la familia de las Pontederiáceas).



Enlazamos con vía asfaltada que nos llevaría al siguiente destino, Valdivia, donde nos detenemos en el parque del pueblo donde algunos aprovechan para comer algo. ¿Comer? Pero si llevamos nada más que 1 hora dando pedales, si no hemos llegado ni a beber agua, si no hemos roto ni a sudar. Pero ante la visión de los que habían empezado a engullir, los demás nos sentimos contagiados y al final todos caímos en la tentación.



Durante el descanso se pudo comprobar varias cosas. Primera, que El Desgastador ya no es prolífero en esos avituallamientos de manjares tan peculiares a los que tenía acostumbrados. La segunda, que La Bestia no lee estas crónicas, y menos, las crónicas que le ayudan a crecer su cultura y conocimiento, como la de “Las Leyes de Newton” en las 3 Cuestas (25-may-2012) y alguna más. Y...  la tercera, que ni lee las crónicas ni ve los vídeos. ¡Gracias Bestia!, nuestro esfuerzo nos lo recompensas a base de bien. Propongo que las próximas crónicas se escriban tipo micro-relatos a través del Whatsapp, así seguro que las leería. Y que no se preocupe, pondremos alguna foto de chica semi-desnuda, en plan contraportada del periódico As.



Proseguimos por el camino todavía asfaltado junto a EFA Casagrande, por el cual nos enfrentaríamos a la zona más complicada y de mayor desnivel de toda la ruta, una cuestecilla de 100 metros. En pleno esfuerzo de escalada se oye una voz: “¡Eeehhh! ¡Paraad!”. Echando la vista atrás vemos que se habían parado La Bestia y su primo justo en la base de la cuesta. Los que íbamos adelantados, que éramos muy avispados, pensamos “¿han pinchado?”. Entonces paramos y bajo hasta el lugar del problema. ¿Qué pasa? ¿Un pinchazo? Pues no.



Al parecer La Bestia estaba probando la Ghost de su primo, y al volver a cambiar, algo no funcionaba al meter la cala en el pedal. ¡Otro caso Cálaman! El tema era que el primo había perdido un tornillo de sujeción de la cala al zapato y se había quedado puesta en el pedal. Extraímos la cala e intentamos apretar el tornillo otra vez (¿pero no se había perdido?). La Bestia que es un manitas atornilló y atornilló hasta que se dio cuenta que el tornillo tenía la rosca más lisa que la ruta de hoy. Otro problema fue el quitar el tonillo que se había quedado encajado en la llave Allen. Hasta tres personas estuvimos tirando de la “mierda” de tornillo y no éramos capaces de quitarlo de la llave. "¿Cómo se ha podido quedar así de encajado?" Mientras unos decidíamos técnicas para separarlos, La Bestia nos presenta las 2 piezas ya separadas. Y ante una fácil pregunta: “¿y cómo lo has hecho?” Una irrefutable respuesta: “pues con lo dientes”. ¡Ahí mi Bestia!



Por tanto, la solución fue apretar fuerte el único tornillo que quedaba en la cala. Y así aguanto el resto del recorrido. Todo el camino había sido amenizado con las típicas ‘chácharas’ entre los que allí estábamos. Al llegar a un giro a derechas, entramos en un camino de tierra y radicalmente se hace el silencio, sólo dar pedales, compactos y en fila de a dos. No se sabe que pasaba, era como si nos hubiéramos quedado de acuerdo en no hablar. Pero como todo, se acaba, al volver a llegar a un camino asfaltado, grito desde la parte de atrás del grupo: “Bueno, ya podéis hablar”, cosa que volvió a dar lugar a chascarrillos durante el recorrido.



Pasando por los badenes entre Valdivia y Entrerrios nos da alcance El Papa, que hoy hacía ruta con compañeros de Orellana. Saludos y poco más, fue la visita más fugaz que he visto. Llegamos así hasta la playa de Entrerrios para cruzar por su pasarela, por donde hoy corría el agua pero en menos cantidad por lo que todos los pasamos montados. Dirección a Casa Guille y desde ahí por el camino que acaba en la ITV de Villanueva.



Unos a casa, otros al lavadero y los de siempre a la cerveza. Como se ha podido comprobar, la ruta hoy ha tenido un conocido protagonista, por lo que bien esta crónica se pudiera titular como la película de Alex de la Iglesia: “El día de la Bestia”…. y de su primo también. Pero... total, da igual, no la va a leer.

Por: Carlos (Induráin)

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