¿Temporada de patos? o ¿Temporada de conejos?

Fecha: 21 de octubre de 2012
Distancia: 44 kms.
Recorrido: Peña del Águila (Vva.-DB-La Haba-Magacela-La Haba-Vva.)
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Crónica de la ruta
Visto lo visto, está claro que ha empezado la temporada de caza. Bugs Bunny y el Pato Lucas, no se fiaban de este periodo del año, la caza empezaba, y a nosotros nos pasa un poco eso: escuchar las detonaciones acojona un poco y hoy hemos escuchao uno mu cerquita.


Como decía Induráin la semana anterior, no sabe uno cómo acertar con el vestuario. Algunos han decidido desde hace un par de salidas que ya es invierno, los más calurosos nos resistimos a enfundarnos como una butifarra catalana y eso que falta el más arrecío que viene desde La Coronada, a él no le valen sino las tres o cuatro capas. El número se ha establecido en doce-catorce tréboles, que vamos cambiando, excepto los más devotos, que siempre somos los mismos. Induráin se nos une cuando la ruta ya había comenzado, lo que le vale para echarnos una regañina por haberle esperado sólo 10 minutos.

La dirección que cogemos es hacia Calabazonia, pero antes el arroyo del Campo nos aguarda. Como siempre, disparidad de criterios, unos lo atraviesan como Alejandro Magno, otros como la mujer de éste, ah! no que a éste no le gustaban las mujeres, bueno pues como uno de esos que le gustaban. El caso es que soy de los que me bajo, intentando no mojarme, pero al poner el pie en una de las piedras que sirven de pasaderas, se me resbala el pie al contacto con los tacos de aluminio y ¡ya está! pie derecho toa la ruta mojao. Estando ya en Don Benito, el Presi pregunta si hacemos la rotonda, que yo no sé pa qué pregunta, si al final no la vamos a hacer, hice un amago, pero ya está. Hoy de nuevo nos acompaña el primo de La Bestia, es decir repite, al cual ya tenemos su apodo Eldeltornillo, no ha hecho falta buscar mucho para encontrarle un apodo. También nos acompaña José Manuel y también repite, éste aún hoy no ha sío bautizao, pero ya se andará.

En el camino un montón de cazadores, la mayoría son gitanitos, que se han enchufao a esto de la caza. Había un montón y un gitanito, a nuestro paso nos tira un chinato, pero enseguía el civismo llama al orden: Chacho, Lucas, ¿estás tonto?, no hay nada más eficaz que órdenes claras y concisas, sin posibilidad de interpretación, ¡Viva la pedagogía! Así llegamos a La Haba por este camino que lo tenemos identificado con la nocturna, pero alguien, sin previo aviso, decide virar a la derecha y enfilar un par de cuestas que por lo imprevistas, se nos antojan el Angliru, por lo menos.

Dirección al Montecillo, vamos atravesando los campos, mojados por el rocío de la mañana que dan brillo a esas estupendas dehesas que se desenvuelven a izquierda y derecha, hasta que llegamos hasta la entrada de la finca. No sé qué hora era, pero era mu temprano y el Presi nos indica que es la hora de comer, yo creo que esto ya es vicio. Como en tantas ocasiones, comentamos las actualidades y en este caso toca la detención de Nacho Vidal, tema que se presta a múltiples chascarrillos. El caso es que cuando pasamos por el caserón del Montecillo, precisamente vimos a Nacho Vidal transformado en poni, qué ejemplar y eso que no levanta dos palmos del suelo, a eso sí que le podemos llamar la quinta pata.

Con esas estábamos cuando cruzamos la carretera que va hacia Quintana, ahora ya parece adelantada y seguimos por el camino ondulante hacia Magacela. Antes de llegar al pueblo, nos desviamos a izquierda para tomar el sendero pedregoso de ascensión, hoy en mejores condiciones, pues el agua ha asentado tanta piedra. En pleno ascenso, veo que la rueda trasera tiene demasiado agarre y tanto, como que he pinchao. Por un momento, no sé si subir a pie o cambiarla. Carlosbiker, que venía detrás se para y nos disponemos a cambiar rueda. Tengo que reconocer que Ferrari no nos ficharía en la vida: volteamos la bici, sacamos desmontadores, bomba, cámara nueva y venga, que lo hacemos en un plis-plas. Ahora no infla, saca otra bomba, joé cómo se desmonta, el caso es que el airecillo te va calando, a lo alto, las voces de los tréboles que han coronao y nosotros con nuestra operación. Saco la bomba de pie del Lidl y comenzamos la tarea de inflado, acércate que me apoye, toma dale tú, en esto que se sale la carcasa del manómetro, no pasa ná, se desajusta la bomba, trae que la ajuste, pero la última patá de Carlosbiker, se lleva carcasa, aguja del manómetro y deja huellas del pisotón en la esfera del relojillo, casi ná.

A esto que Cálaman baja para ver si estábamos intimando más de la cuenta y los tres subimos donde el grupo descansaba ya con las barriguillas llenas. Nos esperan a que deglutamos y enfilamos la marcha hacia la Peña del Águila. Algunos no la conocen como Carlos, nuevo fichaje y el Socorrío y subimos a buen paso las cuestas. Al coronar la última y pasar por detrás de la peña que da nombre a la ruta, Induráin se cae como buen costalero, el problema es que da con el codo en una de los seis mil millones de piedras que hay en este cerro.

Afortunadamente se pone de pie, pero unos metros delante, Cálaman sale como un jabalí y casi le hace caer de nuevo. Llegamos hasta donde se inicia la bajada, reagrupándonos todos. La bajada hay que hacerla con precaución, un auténtico camino empedrao de piezas en pico dispuestas a darte un gustazo. Induráin, que ya no se fía de sí mismo, se sale del camino atravesando un campo, también lleno de pedruscones, la imagen hace que me descojone por lo cachondo. Aquí intentar esquivar piedras, es tontería, están todas, que las he contao.

Al salir del terreno, esperamos en la cerca y bajamos para subir después, bajar más tarde, subir otra vez y volver a bajar para llegar próximos a La Haba. De aquí a Villanueva, ya sabéis, más de lo mismo, pero con las piernas más cargadas.

Terminamos así una jornada de caza, de piedras, fresquete y chanzas, el otoño ya está aquí. Las próximas rutas son de categoría: Puerto de la Cabra y Mérida. Así que idos ajustando la golilla.

Y como diría aquél, esto es to, esto es to, esto es todo amigos. Ciao, correliebres.