¡¡ CERRO DEL CONJURO!!
8:30 de la mañana hora Zulú,
lugar de encuentro Parque Natural Las Quinientas (Berlanga), a la hora
mencionada 16 Tréboles “más de lo esperado todo hay que decirlo”
partimos con el frío matutino de la mañana “que si me pongo la chaqueta que si el
cortavientos
que si después vamos a sudar, en fin el dilema de los domingos a la hora de
arrancar”
hacia la vía verde la cual nos llevaría a través de su recorrido entre fincas y
prados verdes y sin olvidarnos de sus innumerables pivotes verdes “por
todos muy conocidos” y sus novedosas hasta el día de hoy y también
innumerables puertas a lo largo de todo su tramo. De repente primera parada ¿qué ha pasado,
porqué paramos?, aaaaaa, un trébol (Agaporni) ha tenido que detener su marcha,
ya no aguantaba más, acto seguido y como somos una peña si mea uno meamos todos
“Amén”,
eso sí cada uno con la suya claro. Una vez consumado el acto y cuando estamos a
punto de arrancar se oye una música con un volumen que bien parecía que
estábamos en la Dinosaurio pero más lejos de la realidad, era el amigo Juanvi
con su potente altavoz el cual nos haría esta ruta más alegre y llevadera,
dicho esto seguimos pues camino.
El rodar por la vía verde se hace muy cómodo a
la vez que delante de mí veo los gemelos del sobrino de Fran (Agaporni), que en
el día de hoy quiso sumarse en esta aventura, “madre mía son
más grandes que mi cabeza, esos no son de andar por casa” le comento a
José (El Señor de los Anillos) y acto seguido llegamos a la localidad de Fuente del Arco para dar paso a la
primera y gran subida del día “Cerro del Conjuro”, la cual no
defraudó en absoluto y de repecho en repecho a cual más duro llegamos a una
curva la cual quedará grabada en nuestras retinas para siempre porque allí
justo en la misma estaba él vestido todo de negro con mirada penetrante y al
acecho para que en cualquier momento algún integrante de la expedición pusiera
el pie en tierra exhausto por el esfuerzo, sí amigos El Tío de la Guadaña nos
estaba observando como uno por uno pasábamos cada uno como podía por su curva
porque esa curva era suya y quería que nos bajásemos para poder atravesarla,
pero lo que él no sabía es que hoy la expedición que surcaba esos parajes era
la Peña MTB El Trébol y la batalla
la tenía perdida.
Nos reagrupamos en la cima del cerro para
reponer fuerza “que buena pinta tenía el bocadillo de chorizo del Mercadona del
amigo David (aún no bautizado).
Una vez todos repuestos nos encaminamos a
bajar de las alturas por un ir y devenir de trialeras flipantes a velocidades vertiginosas con las
cuales el grupo queda entusiasmado y pasa un rato divertido “no
todo es subir”, y como zapato veloz llegamos a la siguiente subida
que nos da entrada a La Ermita de Ara donde paramos un momento para volver a disfrutar
de las maravillosas vistas del entorno, algunos aprovechan para repostar agua
con el consentimiento del segurata “hombre mayor de unos 60 años con pelo canoso”
que estaba en la puerta y que amablemente nos dejó pasar al pozo que estaba
dentro, en el patio de la Iglesia.
Una vez realizado dicho repostaje volvemos a
bajar a gran velocidad hasta un cruce de caminos donde nuestro gran guía Sergio
(El Picapleitos) nos anuncia que se nos avecina un largo tramo de falso llano “cola
cao dice………. Miaaaaau”, con esto os lo digo todo “falso, pero falso amigo
Sergio”, falso llano que nos llevaría hacía arriba para luego bajar
hasta el pueblo de Reina donde ahora
sí nos esperaba la última subida de la ruta “eso sí esta era opcional”
por lo cual José (El Señor de los Anillos), Fran (Agaporni) y David (aun no
bautizado) deciden guardar las pocas fuerzas que ya les quedan para afrontar el
último tramo que nos llevaría desde Reina a Berlanga “una sabia decisión” ya
que el resto de integrantes nos aventuramos a comprobar que se siente cuando
estás al límite de tus fuerzas y quieres subir por la calzada que accede a la
Alcazaba del pueblo de Reina.
“si es que estamos mu tooooontos”.
Una vez realizada dicha comprobación bajamos
a velocidad supersónica en la que Juanvi llega a coger los 69km/h. “pa
verse
matao” y todos juntos retomamos camino hacia nuestro destino como si de
una carrera se tratara ya que el terreno era propicio y sería en este tramos donde gastaríamos
las pocas energías que ya nos quedaban, porque digo yo ¿ para que te las vas a
llevar para casa?, las fuerzas y energías que se llevan a la ruta se dejan en
la ruta.
Y con esta narración queda retratada esta
gran ruta que realizamos este año por primera vez y que espero que no sea la
última, “muchas gracias por todo amigo Sergio (El
Picapleitos)”.
Señores, un placer rodar con todos ustedes,
uno que escribe…………
“Altrantran”.
P.D. La famosa curva queda bautizada como “La
curva de la MUERTE”
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