1 de enero de 2015

El año de Altrantrán



Ruta: La Cestita
Distancia: 44 kilómetros
Fecha: 28 de diciembre de 2014

Crónica
Cerramos el año 2014 con la consolidación definitiva de la peña. El próximo mes de enero haremos balance en la asamblea anual y veremos qué queremos hacer en el 2015. Creo, que este año ha sido el año de Altrantrán, es decir como los chinos tienen su año del dragón o su año del gallo, nosotros hemos tenido el del compañero Altrantrán, que se ha erigido como el trébol más regular de la campaña y eso que era novato este año. ¡Eso es empezar fuerte, sí señor! y como César: Vini, Vidi, Vinci.


Después de un par de semanas sin aparecer por aquí, decido hacer la última del año y eso a pesar del frío acongojante que nos dejó la negra noche. Seguro que mañana no hay ni un alma, pensé. Tuve que inflar la rueda delantera y eso hizo que me incorporada in extremis, y cuando llegué a la estación me encontré con el grupo que sobrepasaba la veintena, ¿y eso?: frío, polvorones, ruta llana,… hacían presagiar poca asistencia, sin embargo el trébol es más inesperado que un adolescente, estamos siempre en la edad del pavo, y eso sí que es un bucle. El caso que allí había tréboles ataviados con aderezos navideños: Altrantrán, Rafa, Caballito, Sedas,… este último con más adornos que el propio árbol de Navidad.

Partimos hacia el badén del Zújar, cuando se nos incorpora El Presi, que poco antes había permanecido retozando como un capibara en la pampa venezolana. Además hoy hace algo de aire y vamos enfundados como un morcón ibérico. Pasamos por el barro movedizo, ya cerca de Entrerríos y surcamos el camino de pedruscones hasta llegar a la playa. Ratito de agarrarse al manillar con fuerza, pues la fricción del barro y la piedra no es lo más seguro.

Seguimos por la ribera del Zújar hasta coger el desvío para atravesar los badenes del Guadiana hasta el canal secundario. La ruta es tranquila y sin sobresaltos, buena para la charleta y conversación, bueno esto es sea o no tranquila, la verdad. Somos algo marujillas. De tal forma, llegamos a Valdivia y allí parada para hablar con más tranquilidad: la última del año, la primera del que viene, dónde nos gastaremos el dinero, los 15.000 euros que hemos repartido este año, somos el trébol de cuatro hojas,… son los temas de la mañana.

Retomamos la pista para atravesar la 430 y seguir por la pista alquitranada que discurre paralela a la carretera. Allí se desatan las hostilidades, los más fuertes aprietan desde el principio y se distancian, luego otros grupos menores entre medio y al final, el furgón. Algunos, son alcanzados sin aire en los pulmones, uno es un trébol con un gorro de Papá Noel amarillo, que además ha pinchado y hay que echarle un cable. El Presi, que le había prestado su bomba, en un arrebato que hace le bajemos de los altares, la tira a la naturaleza, pues había muerto. Gesto, que será recordado por los siglos de los siglos, después de toda una vida de privaciones de tirar siquiera un papel de barrita. Se nos cae un mito. Arrepentíos los quiere Dios.


Bueno, ya decidimos irnos para tomar unas cervezas y así, y para despedir el año, nos volvemos a juntar más que nunca. Desembarcamos en el Mesón Cervantes y allí nos tomamos un par de birras antes de desearnos feliz año. De pronto, un land rover militar aparece, es amigo de Pacorretales, y le conminamos a que se haga una foto con nosotros, pues entre otros deseos está el de invadir Portugal el próximo años y así tener playa propia.
Agur correliebres y que el nuevo año sea propicio para los caminos inescrutables.

Cronista: Gurú

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