La conquista de Cancho Blanco

Fecha: 12 de octubre de 2013
Distancia: 48 kms.
Recorrido: Subida a "La Bola" de Zarza de Montánchez (Radar de aviación)
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Crónica de la ruta
Si el 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón conquistaba América, en el mismo día y mes que él, los tréboles plantábamos la bandera verde de la peña en lo más alto de Cancho Blanco, era la reconquista del radar de aviación, emplazado casi a 1.000 metros de altitud. Una etapa para doctorarse en subidas y bajadas. La festividad del Pilar hace que adelantemos al sábado la salida, lo cual creo que resultó.

El grajo volaba bajo, cuando a las 7:40 salgo de mi casa para juntarme con Imedio y visitar el sitio de quedada, donde varios tréboles se habían parapetado tras los muros de La Jabonera. Hacía un aire que limpiaba el cutis, y curaba como a los jamones de Montánchez.

Nuestro compañero Jose Apdales se hace esperar y apañar y subir bicis no resultó tan fácil; 16Válvulas, Juan III, Martillo Pilón, Irrepetible, El Tatuao, Santi, Ángel Horrilo, Induráin y nosotros dos estábamos prestos para la conquista de La Bola. Somos pocos, parece,…

La caravana trebolera busca la población de Almoharín, y a Juan III pilotando su Citroën le entran las dudas para llegar al skyline de la metrópoli, donde nos aguardan unos cuantos biciclistas: Haykesperarle, Tornibiker, Cálaman, La Bestia –que recibió el indulto a última hora-, Sioux, Etxe-Hombre y alguno más que se me escapa y un nutrido grupo de siete u ocho campanarienses zorros de La Serena, invitados por nuestro ausente Coronel.

El frío a esa hora era acongojante y sobre todo porque nos encontramos en la umbría de la sierra. En esta ruta, desde que salimos de Almoharín no paramos de subir hasta alcanzar la cima de Cancho Blanco, creo que son unos 18 kms. o algo así.

Hay una cuesta, encementada que corta la respiración, vamos que te pone las pilas y si tienes frío es más efectivo que un carajillo bien cargado, de esos que te cambian la voz, vamos que pasa de atiplada a marinero tabernero. Un zorro se ha salido del trazado y tiene que poner sus pinrreles en tierra. Porcentaje de la cuesta, no sé pero si no te echas encima de la máquina se te levanta la rueda como el toro salvaje tejano. ¡Frío fuera! 

Al llegar a Valdemorales, una zanja impide que vayamos en grupo. A Apdales casi le provoca un buen susto, pasando a llamarle el joyero, por su tendencia hacia el joyo. Afortunadamente no pasó nada, pero la caída pudo ser jodía.

Cuestas y cuestas, y yo ya voy viendo culos a distancia, tengo que regular, para llegar con garantías y en cuanto se empina el tema, algunos se crecen, buen juego de palabras éste. Hay un momento que tenemos que poner pie en tierra, una vereda muy estrecha y muy empinada la jodía, hace que parezcamos sherpas.

De tal manera llegamos a la carretera hacia la bola. Aquí cada uno por su pellica, cada uno sube como sabe, como puede, como quiere, como le dejan, … es una subida de unos 4 kms., el hombre contra la naturaleza. En furgón de cola veo a distancia el personal, Imedio sube de lujo, algunos se desesperan como el Tatuao, el cual es animado por su amigo Santi, junto a Etxe-Hombre hago parte de los últimos metros hasta llegar arriba, antes hemos esquivado cagajones de vaca de altura, unas plastas con más diámetro que la noria de Santiaguito.

La reconquista se ha producido. Fotos, comidas, y más fotos y arriba de nuevo Apdales que se vuelve a caer, debe ser el mal de altura. 16Válvulas y Martillo Pilón bajan para los que luego lo hagamos no peguemos el gran piñazo, pues una plancha de un paso canadiense, falta. La bajada es vertiginosa hasta alcanzar Zarza de Montánchez, en la misma Tornibiker me advierte que un perro se atravesó en su camino cuando iba casi a ochenta por hora, fiuuuuuu.

Tengo que decir que la coordinación y organización durante toda la ruta ha sido o.k., parando donde se debía y corriendo donde había que hacerlo. Visitamos a La Terrona, esa encina de 800 años, vamos que ya estaba allí antes que Colón llegara a Las Bahamas.

Dirección hacia Salvatierra de Santiago, atravesamos una vereda entre encinas y alcornoques, yo iba detrás de Etxe-Hombre y delante de Martillo Pilón, el primero me pedía que me esperara para coger inercia y salvar los desniveles, el segundo se partía de cómo vareaba con el casco las bellotas. Pasados Salvatierra, salimos a la carretera donde veíamos la silueta de La Bola a tomar por saco.

Los caminos se hacen rápidos, subidas, bajadas, arenas, matojos, a Cálaman se le ha enredado un yerbajo y se tiene que parar un par de veces. En una subida, un griterío de cazadores, nos alertan del peligro, disparos, vocerío, ¡la que se arma! Parecían bicicleteros de montaña. Allí creo que perdí la patilla de las gafas, pero cualquiera se volvía, no fuera a salir un cochino jabalí y me alegra la mañana.

Pequeño tramo de carretera y bajada vertiginosa hacia Valdemorales, a la salida me dicen que faltan tres, pero no, estábamos todos y nos reagrupamos antes de llegar de nuevo a Almoharín. Fin de la ruta.

Ruta para disfrutar y tramos para todos los gustos, con lo que se ha convertido en una clásica. Bueno, hoy no hubo zumo de cebada, pues la feria esperaba en el barrio. El día estupendo y sin incidencias. 

Agur correliebres, y que las encinas y alcornoques no te impidan ver la jara pringosa.

Escrito por: Gurú