23 de octubre de 2013

Se podría decir, pero…


Recorrido: Vva-Don Benito-Cuesta Los Guzmanes-Puente de la Pared-Vva-.
Fecha: 20 de octubre de 2013
Distancia: 39 Kms. 
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Crónica
Después de la ruta de la semana pasada con la gran subida a la Bola, hoy volvía a tocarnos subir una “gran” cuesta (Los Guzmanes) aunque bastante más corta y con una ruta sencilla. La tarde de antes había caído una gran tormenta. Tormenta que se esperaba “a primera hora de la mañana” del sábado, y como es normal, a esa hora había un sol de lujo. Otro vaticínio era que el domingo iban a bajar las temperaturas, lo cual no quiere decir que fuera a hacer frío.

Y así llega el domingo. A las 9:00 h. se comienzan a congregar los tréboles asistentes, porque 3 de ellos ya sabemos que van a faltar. Teles, Comanche y Haykesperarle les daba hoy por ir a pié y participar en la XIII Media Maratón Virgen de las Cruces de Don Benito. Se podría decir que estábamos con ellos moralmente, pero nosotros a lo nuestro.

Los asistentes ataviados con gran variedad de telas (sí, estoy viendo al mismo tiempo que escribo la serie de “El Tiempo entre Costuras”). Y es que estamos en esa estación del año que no existe y que a todo el mundo confunde: el entretiempo. Maillots manga corta, otros con manguitos, otros con culotes largos, otros con camiseta térmica, y los más confusos (y no sabemos si por la noche anterior) con la ¡chaqueta térmica! Éstos lo van a pasar un poquito mal hoy, creemos.

Sin mucho retraso comenzamos la ruta hacia Don Benito con la intención de no coincidir con la media maratón. Iniciando el camino de tierra tras el Aki se agregan al grupo ‘La Bestia’ y Dani ‘El Travieso’, al que traía el primero con la lengua por fuera por el retraso.


Camino de siempre hasta Don Benito y en la fuente de la piedra sucede un hecho sorprendente: todos (y digo todos) hacemos la rotonda como debe hacerse, cosa que hay que inmortalizar en una foto. De repente, nos despiertan de nuestro “nirvana” particular varios de los “acompañantes” que íbamos a tener durante el todo el trayecto: quads y motos nos adelantan con su “música” peculiar antes de llegar a la rotonda de Las Cruces, donde había más de ellos. Por el paseo hacia Las Cruces, sorteando paseantes y bicicleteros, nos alcanza ‘Cálaman’. Ya somos 23, buen número.

Antes de llegar a la ermita giramos a izquierdas para comenzar el camino que nos llevará hasta Los Guzmanes. Primeros repechos y subidas para calentar y en 4 km. la “cuestecilla” de Los Guzmanes. Nunca la había subido por este lado y se podría decir que pensaba que habiendo subido la semana anterior la “cuesta del reventón” y la de La Bola la iba a poder subirla bien, pero a mitad de cuesta, pie a tierra. Una vez coronada y echando la vista atrás veo una imagen de los compañeros más retrasados subiendo también a pie la cuesta que me recordaba a imágenes de las películas sobre la Guerra de Ceseción americana cuando los heridos en la batalla volvían por los caminos apoyándose los unos en los otros con las pocas fuerzas que les quedaban.

Paradinha para recuperar, donde a algunos les sobraba ya la mitad más uno de los ropajes. En este momento me doy cuenta de un nuevo maillot que viste nuestro ‘Darth Biker’ al estilo del maillot de campeón del mundo o de nuestro amigo Carlos ‘Orgullo’. Vamos, con los colores arcoiris, con lo que se parecía, mas bien, a ‘Darth Gay-ker’.


En este punto se decide seguir por otro camino distinto al habitual a la izquierda que comenzaba con un tramo de rocas sueltas, grandes zanjas y estrecha vereda. Y cuando digo grandes zanjas, digo grandes (ver imágenes). Te caes dentro y necesitas escalera para salir. Antes habían decidido dejarnos ‘Paquete’ y ‘El Irrepetible’. Se podría decir que les había asustado lo que venía, pero la verdad fue que se volvían a Don Benito a ver y animar a los participantes en la media maratón. Enlazando con la trialera que viene (o va) al “cruce de las cagalutas” nos cruzamos con más quads y motos, agitando a todo bicho viviente que se cruza en su camino. Después de socavones, zonas de arenas y trialeras, parada de reagrupación en el “cruce de las cagalutas”. ¿Y que había allí? Pues más quads.

Descenso rápido hasta el Puente de la Pared donde vemos a un biker en las rocas bajo el puente con problemas en la cadena. Y como solidarios que somos, algunos de nosotros se acercan a él a ofrecerle nuestra ayuda. Se podría decir (pensar) que somos unos profesionales de la mecánica de la bici, pero la verdad es que entre todos hacemos uno, y no sé si bueno, pero allí estaremos. Solucionado su avería, seguimos hacia delante, aunque no mucho. Un poco más allá pinchazo de La Bestia.

Se podría decir que desde cambió la John Deere por la Canyon no levanta cabeza con los pinchazos, pero será la casualidad. Aire y para adelante. ¿Adelante?, je je. 20 metros más pa’llá estaba Txema ‘El Pistolero’ con otra avería. El tornillo que sujeta el cambio trasero se le había roto por un toque trasero. Había abierto un “bote-caja de herramientas” y había esparramado todo su contenido en el suelo. -¿Tenéis un tornillo que valga? -Lo podríamos quitar de algún otro sitio. -Sujétalo y pones a piñón fijo. -Saca las bridas… Como en todos sitios, ingenieros hay muchos, pero mano de obra, poca. Cuando por fin tiene el cambio sujeto a uno de los tirantes traseros del cuadro y se iba a disponer a reducir la cadena, Raúl ‘Saltarín’, con las pocas primaveras que le contemplan, da su parecer al resultado parcial: “¿no te va a golpear la bota en el cambio al dar pedales?” ¡Haberlo dicho antes, hombre! A deshacerlo todo y al bolsillo. Ahora viene la cadena. Que si acórtala, que si mídela bien, que si ponla en el plato grande o mediano, incluso, que si ¡usa el troncha-cadenas! Rodeado de ingenieros, Txema ya no daba pie con bola (si hubiera tenido su pistola a mano), pero a los ingenieros eso no le importaba: ponla mas tensa, ponla más floja. Finalmente, y con la cadena tensa que se podía tocar el “Money for nothing” de los Dire Straits con ella, se pudo continuar el camino. Algunos ya habían continuado hacia Villanueva al ver que tardábamos en demasía. Se podría decir que las Canyon treboleras son bicis del peo (‘El Pistolero’, ‘La Bestia’, ‘El Pegatas’, cada semana una incidencia), pero igual se podría pensar de las Meridas. Es más bien el pitorreo del resto.

Una vez en Villanueva, algunos nos reunimos en torno a una mesa a la que un camarero muy amable nos acercó unos vasos con un líquido amarillo oscuro con espuma blanca (yo soy más de Trina), a la cual se acercó ‘Tricolor’ que esta semana nos cambió por la escopeta y tres perdices.

La semana que viene ruta por las 3 cuestas, y esperemos que tras las lluvias no se nos atragante la famosa del barro rojizo. Saludos cordiales. 

Por: Carlos (Induráin)

1 comentario:

  1. Buena historia, entran ganas de coger la gorda y pedalear con vosotros torpedos.

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