14 de julio de 2013

Ríos, arroyos, regatos y... ¡sudores!


Recorrido: Los 4 vadeos (Zújar-Guadiana)
Distancia: 55 kms.
Fecha: 7 Julio 2013

El Señor de los Anilos y yo nos vamos acercando al punto de encuentro y a ambos se nos pasa por la cabeza que la gente se ha echado para atrás, puesto que no se divisaba ningún alma treboliana. La sorpresa es que se encontraban toooooodooooss sentaditos...¡Qué chicos más majetes!

Pesaba sobre nosotros el amago de renunciar a la ruta planificada por aquello de la suelta "controlada de aguas". Y así lo confirmaba El Señor de los Anillos al contarnos lo que Comanche le había dicho: "Han soltado las turbinas del Zújar y del Guadiana, al menos unas doce horas antes". Caras de pesimismo en el grupo, y parecía que se esfumaba la posibilidad de un nuevo "natacíclin". Por otra parte, la mañana se presentaba serena, despejada y con el sol empezando a acariciar nuestras pieles. 




Comenzaban los comentarios sobre si podríamos vadear las zonas por donde habitualmente trazamos esta ruta. Por si acaso el trazado pudiese ser demasiado seco, en dirección a Entrerríos nos encontramos con el primer obstáculo acuático: los más pulcros intentan dar media vuelta, pero ahí emerge la figura del Señor de los Anillos y ni corto ni perezoso, con un gran alarde de "güevitis" atraviesa con una facilidad pasmosa la hedionda charca. Le vamos siguiendo de uno en uno, jaleando los primeros apestados a los últimos. De momento, nuestras monturas y nosotros hemos catado el líquido. ¡Cambió hasta el humor del grupo!



Llegando al badén de Entrerríos comprobamos que la corriente era bastante fuerte y el cauce desbordado nos hacía pensar en el comunicado del Presi. ¡Qué faena! Posiblemente nos íbamos a cocer, y, además, circulando por asfalto. Al poco de coger la carretera del Camino Real, se desatan las hostilidades. El amago de tirón lo inicia Martillo Pilón (¿A quién se le ocurre, sabiendo los alacranes que hay en el grupo?); ipso facto salta Tornibiker, seguido por Sioux que también pone pies en polvorosa; tampoco le hace el feo Calamán que como un lince aguarda a que la presa esté a tiro. Más atrás, siguen el Guareñés, Juan III, 16 válvulas... hasta que poco a poco van llegando a cuenta gotas el grupo como una procesión de hormigas que han perdido la senda.



Abastecimiento en el Cortijo de Perales, risas, cachondeos y comentarios varios antes de iniciar la bajada que nos lleve al primero vadeo serio de la ruta, el del Guadiana cerca de la Presa de Orellana. En la bajada el susto lo protagonizan varios que bien pudimos ser tirados por un pastor alemán que se lanzaba según pasaban los tréboles y que pudiera haber provocado alguna caída. 




Por detrás se quedan El Gurú, Micromachine y Martillo Pilón. Parece ser que hubo un pinchazo y hubo que ponerle remedio. Mientras el resto cruzaba el primer regatito, algunos otros se bañaban en lo más profundo del río, disfrutando como niños revolcándose en la arena; otros chapoteaban y nos salpicaban (cosa que se agredeció); otros se colocaban panzarriba o bocabajo en el agua que no cubría ni los talones... De repente, por otro lado del río aparecía La Bestia que ni corto ni perezoso se bautiza rápidamente no vaya a ser que se disipase el agua. El Gurú Martillo Pilón comenzaban a preocuparnos, hasa que aparecen por otro lado del río. Antes de partir y tomar la foto de familia, Martillo Pilón se da cuenta de que ha perdido sus gafas. Al final aparecen y todos emocionados a buscar el siguiente vadeo.



A partir de aquí comienzan los problemas en la rueda del Caballito y hay que inflarla cada dos por tres. En la bajada hacia el río esperan la Bestia y 16 válvulas que se han encontrado una maleza propia de las selvas del Vietcom. Empezamos a atravesarlas y se empiezan a oir lamentos por los enganches de las zarzas. Nuevamente, atravesamos el Guadiana que apenas cubre las piedras. Más parada y nuevos retoques a la rueda del CaballitoEl Gurú, que tiene visita, no puede esperar más y se marcha como un berebere en el desierto. 




Comenzamos la subida, a buen ritmo pero sin barbaridades, hasta llegar otra vez a la vía asfaltada. Desde ahí el grupo se parte en dos o tres subgrupos. Sioux, el Guareñés, Tornibiker, La Bestia, Calamán y 16 válvulas rebasan al Gurú que resopla al verles pasar. De ahí hasta la rotonda de la fábrica de tomates a toda mecha, haciendo relevos hasta la extenuación. Finalmente hemos quedado medianamente satisfechos y ha habido remojón. Quizá otra vez podamos atravesar el Zújar, quizá otra vez nos lleve la corriente, perdamos una bomba, resbalemos con la bici en las piedras... o inventemos una nueva modalidad tierra-agua. 




¡Hasta la próxima Tréboles!... y que el Dios Sol nos acompañe hasta desecar nuestras calaveras. ¡Viva el secano!

Escrito por: 16Válvulas

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