Fecha: 23 de junio de 2013
Distancia: 42 kms.
Recorrido: Don Benito- Río Ortigas-Trialeras-La Haba
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Crónica de la ruta
Calor y del bueno. Sentados como buenos feligreses, amanecimos en el banco de las quedadas. Fue como el bostezar, el primero que llegó se sentó y al final lo acompañamos el resto: es nuestro espíritu solidario. El grupo estaba hoy un poco mermado como consecuencia de la afluencia a la Quedada de Don Benito, donde esperemos alguno se estire y nos escriba sus impresiones… bajo el sol, como Monet.
Precisamente fue en dirección a Calabazonia donde nuestras ruedas se dirigieron, hoy sin problema alguno para cruzar el antiguo Orinoco en el que se había convertido meses atrás el arroyo del Campo. Sin embargo, y ya llegando a la rotonda, un tractor que nos antecedía iba soltando agente naranja o napalm, pensando que éramos los charlies de Vietnam del Norte. ¡Menudo pestazo a esa mierda química!, con lo bien que nos reciben en La Haba todas las mañanas con ese aroma a café calentito y tostaditas en su punto. Las tres generaciones anteriores del conductor del vehículo fueron recordadas por el pelotón. Alguien dijo que aquello olía a cura… no sabemos si de parroquia grande o chica.
La rotonda de Las Cruces, que es un hervidero a esa hora de la mañana, estaba más desierta que el Gobi, así que nos lanzamos buscando el camino de la Serrezuela, no sin antes sumarse La Bestia y Cálaman, hoy retozones en sus mullidos lechos dominicales. Al tomar el camino y abandonar la carretera, la rueda tubular de Garci (apodado El Clon), por su enorme parecido a Pacorretales, se raja y no quedándole otra que seguir y volver sobre sus propios pasos en dirección a Villanueva. Reseñar que hoy estrenaba Carlos, un maillot arcoiris impoluto, quien nos deslumbró en la línea de salida con su nueva indumentaria del campeón del mundo.
Dirección al Ortigas para su consiguiente vadeo, ya sabíamos que no llevaba mucho agua, así que hoy tocaba ver el fondo para saber cómo cruzarlo cuando el agua nos llega a la altura de las cejas, que es como le gusta atravesarlo a más de uno. En esto que nos advierte Txema de lo mal que están las trialeras, sobre todo las que se encuentran entre los dos puentes y a esto se le añade el comentario de Lobosolitario sobre una especie que prolifera en estos andurriales: ¡la garrapata!, esos lindos ácaros hematófagos que chupan más que un gobierno del PP con mayoría absoluta. Hoy cruzar las trialeras se ha convertido en el Gran Reto, así que palante. Problema: no nos hemos puesto nuestros collares parasitarios para estas ocasiones.
En fila de a uno y a la espera de saber qué nos vamos a encontrar; los tréboles, salvan las hierbas, zarzas y demás cardenchas que han aumentado su altura y tamaño, haciéndonos perder de vista el firme y por consiguiente, las traicioneras roderas que en esta ocasión son de tres metros de ancho por dos y medio de profundo, como media. De repente me veo parado al pelotón y nuestros miedos se confirman: Martillo con el móvil en ristre fotografía un ejemplar de garrapata sobre la mano de La Bestia, succionando el líquido elemento que discurre por nuestras venas. Ajjjjjjjjjjjjjjjjj y casi no hemos empezado. A mí me empieza a picar hasta…
Llegamos por fin al puente de La Pared, donde una manada de caballos descansa junto al río y otra manada se arremolina en torno a las rouloses y hablan de forma educada entre ellos, sin levantar la voz… así que no nos enteramos de nada, aunque algún que otro ¡vete a tomar por…! Se escuchó, sí que yo lo oí.
Bajo la sombra redentora del puente nos comimos nuestros bocatas y nos bebimos nuestros zumitos para continuar la siguiente trialera.
Por fin, cuando salimos buscamos las benditas aguas y allí nos despiojamos como pudimos, parecíamos un grupo de simios ante tanto picor irreverente, lo que nos despertó el afán por hablar de "los filósofos", como El Cachurrín en el Ateneo del Parque de la Cruz del Río. Cruzamos El Montecillo y seguimos a buen ritmo en dirección de La Haba.
Hoy hemos cambiado el lugar de reunión por la sombra que nos regala el polideportivo. Hecha la consabida parada y después de un diálogo playero continuamos hacia Villanueva, aunque al girarme hacia atrás en la curva vi que no venía nadie, aunque alguien me alertó de que sabían el camino de vuelta. Así que Martillo, Txema, Antonio, El Cardenal, R2-D2, El Desgastador y El Gurú, llegamos en grupo delantero. Nos acodamos en la sombra de Aprosuba, quedándonos a la espera Martillo y Gurú, volviendo sobre nuestros pasos y consabidas llamadas para saber qué ocurría a Lobo y Carlosbiker… pero nada. Así que decidimos retirarnos a la esperar de conocer lo que aconteció. Al momento, Lobo me informa de una avería unido a un pinchazo. Cosas de las rutas.
Qué buena crónica, que panzá de ir. Insuperable la foto con el fondo,de la Bestia y el Gurú como los monos japoneses. Ja ja ja
ResponderEliminarPanzá de reír quería decir.
ResponderEliminarQue picores me están entrando .... ufff....
ResponderEliminarMuy buena la crónica y las fotos, algunas para Cuarto Milenio!!!,
ACr46
Muy buenas fotos y excepcional crónica, pasamos un buen rato.
ResponderEliminarLa foto final es... sublime.
ResponderEliminarMuy buena crónica!!Falta la crónica independiente del pinchazo de Lobo,sus mas y sus menos con el modelo nuevo de desmontador de cubierta y la cámara de rueda sin gusanillo...;-)
ResponderEliminarGran crónica, estupendamente ilustrada.
ResponderEliminarHijas de puta las garrapatas, mucho cuidado con ellas, uno de sus sitios preferidos es el escroto, hay encuentran calorcito y buen escondite, badanas antiparásitos ya!