5 de junio de 2013

Cogolludeando por los caminos


Fecha: 2 de junio de 2013
Distancia: 60 kms.
Recorrido: III Cogolludo Extreme
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Crónica de la ruta
Se ha convertido en una clásica del calendario treboliano, a la cual se nos une todo aquel que quiere y puede, hasta conformar un nutrido pelotón de unos cincuenta biciclistas dispuestos a tragar polvo cual romero del Rocío. Allí hemos acudido a la llamada y prolongamos la clásica un año más y con ánimo de repetir.


Villanueva, Orellana, Don Benito, Talarrubias,… aficionados de varios lugares, condiciones y pelajes. Agradecemos a la organización la inestimable ayuda que nos ofreció el coche de apoyo, a los mandos de Francisco o Kiko, como se guste en llamar, familia política de nuestro Papa que tiene revolucionado al pueblo de Orellana con su afición insaciable por las dos ruedas. El caso es que después de mucho insistir conseguimos la ayuda, cuestión que se ha demostrado como fundamental para solventar los problemas que pudieran surgir de tan nutrido pelotón.



Eran las nueve y cuarto y aún no habíamos salido, así que conminamos al Sr. de los Anillos para que impartiera su bendición y nos diera la venia para comenzar la tercera edición de la Extreme o el Secarral Extremo. Partimos ahora sí, hacia la muy noble y leal villa de Orellanita, donde empezamos a toparnos con las primeras rampas y unos caminos que se me antojan deslizantes, entre la arenilla y las piedras de no mucho tamaño, que en algunos tramos nos hacían la cama y nos movíamos sobre ellas como torpes conductores de coches eléctricos (se ve que todos habíamos introducido en la ranura la fichita de plástico), aunque echaba de menos el banderín en la parte trasera –el mio me lo pido rojo-. Llegados a Orellanita, viramos hacia la derecha en busca del secarral. El camino desciende en sus primeros tramos salpicados por pequeños colmillos de los “dientes de perro” tan típicos de estos lares y es ahí donde nos detenemos Agapornis y Gurú, para recoger el recipiente o contenedor de líquidos  que ha salido disparado del botellero de Imedioantes salió una piedra de casi dos kilos-. Ahora vamos ascendiendo y el pelotón se va escapando progresivamente, de tal forma iniciamos la subida y nos agarramos con los dientes a la subida del Costalero. Este año, no, a la tercera no, las otras sí. Tuve que echar pie a tierra antes de tener que llamar al 112 y caer como la cabra en “El hombre y la Tierra”. Tanto se ha estirado el grupo que no los volveremos a ver hasta el puente de Cogolludo. Antes descensos peligrosos sobre esa mezcla de piedrecillas y arenas asesinas.



Al llegar y pasar por el túnel horadado de Cogolludo, nos espera un refrigerio que se agradece. Una vez más, decir que los pescadores que se acercan allí son unos cochinos, tienen ese paraíso convertido en un auténtico basurero de plásticos y desperdicios. ¡Coño! ahora mismo llamo al tío la vara para que os cruja. Este año, el grupo del bucle es multitudinario, alrededor de veinte creo; pronto vamos a ser menos los que hagamos el tramo de los mortales, aunque eso sí, el bucle redujo su distancia: de los 16 kms. del año anterior, este año se quedó en la mitad.



A pesar del mes de mayo de parón, no me encontraba del todo mal y decido tirar un poquito para adelante, juntándome con la gente de Talarrubias a los cuales acompañé, pero sobre todo los controlé: tengo indeleble la imagen de vuestros culos a lo largo de más de veinte kilómetros. En ese tramo hasta llegar a la carretera, Imedio sufrió la avería mecánica del día: el plato grande saltó fuera de su órbita y quiso buscar, no sé si otra galaxia o dejar la que pertenecía, así que como Chiquito, dijo: “hasta luego, Lucas” y tuvo que subirse al coche.

San Juan nos acompañó


En la parada de avituallamiento, aparece la figura de Paquete, que venía directamente desde Villanueva y se lanzó, tras breve paréntesis en busca de “los del bucle”. Apuntar aquí, también la hazaña de Martillo Pilón, que está descontrolao: vino desde Villanueva, hizo la Cogolludo Extreme y se volvió a ir a Villanueva. Entre el Cántabro y Martillo Pilón, las rutas comienzan hoy y no sabremos cuándo acabarán…

¡Gracias amigo!


El camino desde aquí, una vez cubierto el tramo de carretera, se hace menos exigente, pero por otro lado nos azota el sol hasta derretirnos la quijotera, que diría Álex. Somos presa fácil para buitres, alimoches y demás aves carroñeras. El grupo sigue estirado y pedaleo en compañía de Dani El Travieso en animada conversación, lo que me vale para recuperarme de un ligero pinchazo en mi muslo derecho y estiro y estiro, sin dejar de darle al pedal. En esto que un bicicletero de Don Benito, sufre un pinchazo que nos tuvo parado más de un cuarto de hora, lo que les valió a los del bucle para cogernos y por supuesto, pasarnos. Por tercera vez repiten nuestros colegas Ruteros del Ortigas, que me recuerdan la primera edición y sus múltiples pinchazos.

Cruz en recuerdo de los fusilados


Llegamos de tal forma a la carretera para ascender un par de cuestas y damos la impresión del grupo que somos realizando la vuelta ciclista a Australia, ya veo koalas, canguros y demás marsupios cruzándose en nuestros caminos. La brisa del pantano sopla y refresca el aire y atravesamos de tal forma la presa para subir la última cuesta entre eucaliptos. Reunidos todos en la rotonda nos dirigimos al chiringuito playero de los Mellis, dispuestos a obsequiarnos con unas ambrosías sometidas al refrigerio de los grados necesarios.



Bueno, correliebres si os ha gustado, al año que viene más. Gracias a todos los participantes (peñas de todos los lugares) y sobre todo a aquellos que debido a su preocupación y buena disposición pudieron organizar tan magno evento.



Que los buitres tarden en hincarle el pico a algún trébol tierno. Agur.



Por cierto, nutrida representación de tréboles: Martillo Pilón, Juan III, Gurú, Sioux, Cálaman, Sr. de los Anillos, La Bestia, 16Válvulas, Tornibiker, El Guareñés, El Travieso, Comanche, Imedio, Haykesperarle, Penultimate, El Papa, Paquete, Lobosolitario, Caballito y Agapornis.

2 comentarios:

  1. Bravo por el cronista lo bueno se hace esperar Señor Guru jeje...muy bien lo pasamos en esta edicion de Cogolludo extrem III,al año que viene más.
    El Papa

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  2. Palo el Cántabro5 de junio de 2013, 23:22

    Teles, eres una bestia de la naturaleza, y un ejemplo a seguir. Buena crónica.

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