19 de noviembre de 2012

Jartitos de agua


Fecha: 18 de noviembre de 2012
Distancia: 42 kms.
Recorrido: Trialeras del Ortigas
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Crónica
Desde septiembre no ha parado de llover, alguna que otra tregua nos da el cielo, pero el suelo está empapado, las charcas aparecen como setas y los ríos con corrientes nada corrientes. En este panorama ha discurrido hoy la ruta del agua, el barro, la pucha y las caídas, ríos que atravesamos como cuerpos de élite en este pelotón de locos atrevidos, que no ven el peligro. Más de lo mismo.




Pude comprobar a través de la crónica y las fotos, cómo la semana pasada la afluencia había sido masiva, hoy se ha repetido la historia. Más tréboles y caras nuevas con afán de perdurar. El cachondeo, las ganas de pasarlo bien, son suficientes alicientes como para convertir cada domingo en una salida entretenida y como somos un grupo tan heterogéneo, pues hay momentos de todo tipo. Me recuerda a aquel anuncio de la   Coca-Cola  que decía: para los que sufren, para los que disfrutan, para los que se caen, para los que paran, para los que no paran, para los que corren, para los que pasean, para los locos, para los de secano, para los de regadío, para los trialeros, para los llaneros, para los alpinistas, para los tréboles de todo pelaje y condición…

Los nuevos neumáticos piel de serpiente de Cálaman

Bueno, la cosa se ponía de tal forma que íbamos a afrontar las trialeras del Ortigas en dirección contraria a la última vez, pero el Sr. de los Anillos, nos advierte que El Coronel nos espera en El Montecillo, junto a un grupo de Kampanistán, así que decidimos hacer el recorrido en el sentido natural. El día ha salido con un sol esplendoroso y los que llevamos ropa de más, así nos lo hará pagar. Subes y bajas hasta llegar a La Haba y atravesar el pueblo. Creo que a estas altura formamos parte del paisaje de los domingos por la mañana, nos hemos mimetizado y hoy vamos con nuestra equipación de invierno. Somos los Men in Black o seminaristas capaces de exorcizar a cualquiera que tuviera el diablo dentro y yo creo que más de uno lo tiene o se ha comido un rabo de lagartija, que para el caso es lo mismo.






Cuando llegamos al Montecillo, el único que nos espera es El Coronel, el grupo de bicicleteros de La Serena decidió tirar pa otro sitio: aerrrrrrrrrrrrrrrr, mucho barro. Las trialeras nos esperan y las comenzamos desde el puente de La Antigua. Como esto no es lo nuestro, decidimos no entorpecer el camino de los más diestros, así que el pelotón de los torpes lo formamos, Carlosbiker, Carlos, Juan Imedio y El Gurú. Carlos se cayó un par de veces con peligro por su integridad física. Carlosbiker hizo barranquismo al menos una vez. Sé de alguna que otra más por la parte delantera, así que hoy la sección “¡Mira mamá, sin dientes!” se habrá puesto las botas. El tramo hasta el Puente de la Pared se hizo largo, largo, tanto que me empecé a acojonar, pues no me dan miedo las trialeras, pero sí que se nos hiciera de noche y fuéramos víctimas de una manada de perroslobos. El caso es que llegamos al puente donde nos aguardaba el grupo, bien embarraítos y mojaítos, como correspondía. Mientras nos comíamos nuestras viandas, asistimos al patinaje artístico de más de un trébol y es que está claro: uno se cae donde quiere y cuando quiere, pero al final se cae.






Dispuestos estábamos para afrontar la segunda trialera, cuando el grupo baja junto al puente y un chirrío estridente de frenos se extiende por toda la dehesa. Parecen grajillas, golondrinos o milanos, mimetizándonos de nuevo con el paisaje. Atravieso la trialera con Martillo Pilón como compañero y ésta se hace en mejores condiciones, aunque agua hay pa jartarse. Llegados a la última cancela, esperamos al resto del grupo. De tal forma, esperamos atravesar el Ortigas que tiene más agua que nunca.






El más descerebrao hoy es Cálaman, y único que logra atravesarlo encima de la montura. Tan contento estaba que desde la otra orilla nos tiraba besos: era su momento de gloria. Hubo más gente que lo intentó, pero quedó en eso. La gran mayoría lo atravesamos como sabemos o como podemos y las canillas congelás por la temperatura del río. ¡Ale, ya estamos contentos, mojaítos! Camino de Doña Blanca apretando el paso y de nuevo el río vuelta a atravesar. Paramos pa una fotito de grupo, a la que el hombre invisible (Abel que ya nos había abandonado) se sumó.






Dirección a la carretera de Las Cruces, se nos unen Los Kañas, que anteriormente habían presenciado el penoso espectáculo del trébol en remojo o cómo la locura colectiva lleva a hacer cosas que tú solo no harías. Pasamos Calabazonia y vamos por el camino hacia la City. La Menetérica pidiendo papeles a los galgueros, que nos aplauden como si vieran una aparición. Hoy, el arroyo del Campo viene bajo y se atraviesa sin dificultad. Al final, se hace pesao la subidita constante hasta la carretera de Don Benito.






Fin de jornada, que es aprovechada por algunos para seguir mojándose, pero esta vez por dentro. Otros mojamos de nuevo a las burras, quitándoles los seis mil kilos de barro acumulao.


En fin, correliebrescillas mojadas, que la ruta ha dao para mucho.
 NOTA: Se me ha acabao el Ariel y no han salío toas las manchas de la equipación. 













6 comentarios:

  1. Ruta espectacular chicos las trialeras nunca defraudan diversión al máximo,la cronica genial. Soludos del hombre invisible nos vemos en cancho blanco.

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  2. UN DIA PASADO POR BARRO Y AGUA DESPUES,PERO FUE DIVERTIDO Y EMOCIONANTE,OK TREBOLES.

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  3. Tornibiker:
    Jóder, flipante, M T B en estado puro.
    Buen trabajo Rober.

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  4. Gracias pero el mérito es de "los hombres buzo"

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  5. buena ruta chicos!
    alguien tiene el track de la ruta para pasarlo a endomondo o sports-tracker?

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  6. bicicleta de montaña de 100 a 6000€ traje de 50 a 300€ barritas energeticas 1 € . ponerse de barro y agua hasta arriba por las trialeras... no tiene precio...

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