5 de octubre de 2012

Con luces y a lo loco



Fecha: 4/10/2013
Recorrido: Última salida nocturna del año a Puerto La Cabra 
Distancia: 55 kms
Velocidad media: 19,5 km/h
Velocidad máxima: 59 km/h

Crónica
La tarde estaba cayendo, los últimos rayos de sol tocaban nuestra piel y cantando con mi guitarra a La Cabra fuimos a ver. Previsiones meteorológicas muy favorables y temperaturas más que agradables para surcar la noche serona.






Partimos desde Logrosán a las 19:15h y nada más pasar Zorita me di cuenta que me había dejado los bidones de agua en casa... cachis!!! Sería raro que no me olvidara de algo. Parada obligada en el Sprinter para comprar un par de bidones, dos botellas de agua en el Mercadona y carretera y manta dirección a la estación de Renfe. Varias vueltas nos costaron las obras que hay por la zona, pero al final fuimos los primeros en llegar al punto de quedada. A lo lejos vimos llegar al Coronel que comenzaba a descargar su Lapierre, mientras nosotros nos apresurábamos a cambiarnos de ropa. Lobosolitario, El Papa y Caballito fueron los siguientes en aparecer, por último La Bestia y Paquete hicieron acto de presencia. Saludo protocolario al grupo y tras esperar un rato, por alguno más que había confirmado su asistencia y no apareció, comenzamos a desfilar en dirección a La Haba.



La cosa comenzó a buen ritmo y rápido cubrimos el tramo de carretera hasta encontrar el camino elegido para la aventura. Paquete y La Bestia encabezaban la manada junto al Papa, mientras el resto departía sobre temas diversos en la retaguardia. Casi sin darnos cuenta habíamos pasado La Haba y el ritmo iba en aumento, cuando un grito del Coronel nos hace aminorar la marcha, el foco que llevaba en el casco había dado con los huesos en el suelo, quedando bastante destartalado, una vez peinamos la zona y recogimos todas las piezas seguimos adelante.



Llegamos al puente de la Pared y el camino empezaba a romperse. Con el pelotón lanzado comenzó la diversión, sube, baja, salta, adelanta, charco, palo, piedra, badén, raíces... A un ritmo endiablado fuimos pasando una zona muy chula para quienes nos gusta el todo terreno. Los que desconocíamos el recorrido intentábamos reservar algo, porque no sabíamos lo que nos esperaba de ascenso, pero era imposible, la peña iba alegre... muy alegre y la media antes de comenzar la subida pasaba de 20km/h.



Cuando empezó lo duro ya estábamos sobre aviso de lo que venía y más o menos teníamos visualizado el ascenso de 5 kms. Nos encontramos un tramo donde habían esparcido arena y se hacía muy incómodo rodar, Paquete y El Papa tiraban de lo lindo. Javi y yo (César) seguíamos su estela, siempre con la incertidumbre en el cuerpo, el resto quedó un poco más rezagado aunque agrupamos justo antes de comenzar a subir.




Primera rampa durilla, unos 200m a un 16% de desnivel, comenzamos bien. El resto se podía subir a buen ritmo y más si intentabas seguir la rueda de Paquete que da cera de la buena. El Papa queda descolgado en el primer kilómetro quedándonos solos ante la fuerza de las hidráulicas que movían el desarrollo de la Mérida. Poco a poco Javi fue cediendo metros tras los arreones del crack y un servidor conseguía seguir su rueda a duras penas, pronto alcanzamos la zona de descanso y volvimos al lío.
Paquete tiraba cuando le parecía y cuando me iba dejando atrás esperaba ya que tenía “pocas luces”.



Cuando ya estábamos casi en la cima un simple grito puso en alerta al guarda que rápidamente sabía que era él quien llegaba. Enseguida apareció Javi y poco después La Bestia y El Papa. Estuvimos un rato haciendo fotos y esperando al resto del grupo que habían tenido un pequeño percance... pinchazo del Coronel que llegó arriba bombeando aire por el camino.



La cena transcurrió en un ambiente muy distendido, una preciosa luna roja asomaba por el horizonte y el riquísimo bizcocho que la Sra. de Paquete había preparado para el deleite de los presentes, junto con los chistes de Lobosolitario nos hicieron pasar un buen rato... -Tío, tengo un problema... me lío con los números y los colores. Uff pues vaya marrón... Pues... ¡¡por el culo te la jínco!!!- ¡jajaja! (En directo tiene más gracia)



Con la barriga bien llena y los niveles de azúcar en estado óptimo comenzó una estampida de bajada, cual manada de rinocerontes en plena sabana. Caballito arrancó en cabeza sacando los pies para trazar las curvas a toda velocidad pero pronto Lobosolitario, Paquete y La Bestia pusieron el turbo para descargar adrenalina y bajar como auténticos kamikaces. Javi no perdía posiciones y conseguía seguir su estela. Más prudentes El Papa, El Coronel y Yo, que cerraba el grupo, bajábamos a un ritmo algo más bajo, que no lento, pues mi máximas rondaban los 55 kms (no quiero imaginar como iba el resto).



Lobosolitario y Caballito, de forma acertada, bajaron el ritmo y nos unimos a ellos para hacer el último tramo hasta el puente de la pared los cinco juntos, mientras que las “luces rojas” del trío de cabeza se perdían a lo lejos. En el puente de la pared reagrupamos de nuevo y comenzamos a pistear.



Juntos volvimos a la tarea y comenzaron los saltos del pelotón, cuando no era El Papa era La Bestia, Javi también se animó en alguna ocasión, a todos ellos respondía Paquete sin problema, de nuevo el grupo se volvió a fracturar. El terreno parecía llano pero no lo era ni de lejos, la velocidad era nuevamente muy elevada y los repechos zonas propicias para romper al compañero. Antes de llegar a La Haba La Bestia lanzó un ataque demoledor que solo Paquete pudo seguir y yo a 20 metros detrás, Javi y El Coronel intentaban darnos caza pero el ritmo era igualado y las distancias se mantenían, las patas ya iban calentitas y se rodaba a full gas.


Nuevo reagrupamiento al entrar en el pueblo y sin concesiones seguimos adelante. Un tramo de carretera y buscamos la pista por la que iniciamos la ruta, cuando ya parecía que llegaríamos en grupo al destino se oyó un... vamos a subir la media no?... dicho y hecho, yesca joía!! Nuevamente La Bestia y Paquete al mando, Javi y yo conseguimos seguir e incluso me crecí y lancé un último ataque para llegar nuevamente junto a Paquete a la carretera cercana a Eco Badajoz. Recuento de alimañas y cada mochuelo a su olivo.

Disfruté como un niño chico, la compañía, la ruta, el terreno, la velocidad endiablada, los piques sanos... hicieron que mereciera la pena de sobra el desplazamiento nocturno y lejano que hicimos. Sobre la Cabra también he de decir que NO es tan fiera como me la habían pintado.
Un saludo y mil gracias desde Logrosán.

Escrito por: César (Invitado de Logrosán)

2 comentarios:

  1. Cesar mu buena cronica, pasamos un rato bueno, la ruta del chute de adrenalina la llamaria yo, a ciegas por mi cabra, a tientas y algo q no se describe, el intenso olor a jara en la zona..expectacular!! Un placer la compañia
    saludos corre liebres

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias! El placer fue nuestro, lo pasamos como los indios!

    ResponderEliminar