Ruta: IX Ruta ‘Puerto de la Cabra” de Quintana
Fecha: 11 de marzo de 2012
Distancia: 62 Kms.
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Crónica
Al parecer, algunos tréboles no nos quedamos satisfechos con la dura ruta que dos semanas atrás nos metimos entre pecho y espalda en Miajadas, la Ruta de los Ríos. De los “ríos”, jeje. Ríos pocos, pero lo que son rocas (que no piedras), tuvimos para hartar.
A lo largo de la semana los que teníamos intención de ir a la ruta de Quintana esperábamos a ver quién movía pieza, y así no ser el primero (o único) que se apuntara. Muchos expresaban sus intenciones pero se daba el paso de la inscripción pero no del pago, por si acaso. Al final, 7 ½ los asistentes: 16válvulas, Haykesperarle, Induráin, La Bestia, Seronbiker, El Papa, Pequeño Asaltamontes, y el medio fue, creo recordar, un joven primo de Asaltamontes.
Hora de salida, las 8:00 horas Zulú. Lugar, el de costumbre. El que llegó tarde, también el de costumbre. Y como debe ser en los buenos desplazamientos organizados, a falta de disponibilidad de la “Trébol Machine”, casi nos llevamos más coches que bicis.
Al llegar a Quintana sólo quedaba encontrar donde se situaba el pabellón. Después de callejear un poco y preguntar a un amable ciudadano, la solución fue la más simple, ir detrás de un biker del lugar que iba al punto de quedada.
Una vez allí, recogida de dorsal y regalo conmemorativo, una camiseta que tenía muy buena pinta. De ahí hasta el comienzo tiempo para montar las burras y demostrar que a los tréboles nos gustan los retos. Junto al dorsal nos entregaban 2 imperdibles para su sujeción y no se nos ocurrió otra cosa que maldecir al que tuvo la idea de los imperdibles para sujetar el dorsal al manillar, porque por ¡nuestras narices!, el dorsal debía ir en el manillar. Otros participantes optaron por la solución fácil y se pusieron el dorsal en la espalda… con los imperdibles.
Salida neutralizada desde el pabellón hasta la plaza del Ayuntamiento, a casi 2 kms. donde iba a ser la salida oficial de la ruta. Agrupación y primeras fotos.
Salimos de Quintana por camino de tierra haciendo una larga serpiente de bikers, a un ritmo inicial tranquilo. Tan tranquilo que entre comentario y comentario se escuchó una voz en la parte trasera del grupo que decía: “¿a alguien se le ha caído un cuentakilómetros?”, recorriendo de boca en boca entre los participantes, hasta que llegó a la altura del Pequeño Asaltamontes que se percató que dicho cuentakilómetros perdido era suyo.
El camino desde el inicio se mostraba en tendido ascenso con rápidos, cortos y pedregosos descensos. En uno de ellos dos bikers volvieron sobre sus pasos preguntando esta vez por si habíamos encontrado un móvil. La verdad, en pleno descenso pedregoso, si nos hubiéramos cruzados con el móvil, hubiéramos creído que era una piedra y hubiéramos pasado por encima de él.
Sube y baja continuo, que ha hacía sus primeros estragos con 2 pinchazos de sendos bikers, y tras uno de ellos, Seronbiker y yo, Induráin, que hicimos casi toda la ruta juntos, encontramos a Haykesperarle reparando otro pinchazo en una de sus ruedas, junto a La Bestia. Una vez reparado continuamos todos juntos.
Llegados a un cruce, giramos a izquierda y nos dan una indicación: “Cuidado ahora con la bajada”. ¿Cuidado por qué? Y seguidamente nos encontramos con una pronunciada e irregular cuesta correspondiente a un cortafuegos que descendía ladera abajo. Mano al freno, de pié sobre la bici, peso atrás y nos vemos abajo. Allí nos encontramos con Haykesperarle que estaba grabando el descenso de algunos de nosotros.
Y como el orden no altera el producto, todo lo que se sube, se baja, y todo lo que se baja, se sube, ahora tocaba subir un par de cuestas muy pronunciadas que nos llevan a otras más tendidas hasta llegar al Helipuerto, donde se realiza el primer avituallamiento.
Fruta, líquido elemento, y barrita, que de energética tenía lo mismo que de barrita. Una barra rellena de crema de coco cubierta de chocolate y mas larga que la ruta en sí, por lo que más de uno le sacó una ligera connotación fálica.
Tiempo para foto de grupo y a otros compañeros. Y tiempo para que las reporteras más dicharacheras, esta vez no de Barrio Sésamo, sino de la TV local de Quintana, tomaran imágenes del personal y de las vistas. Y menos mal que Haykesperarle se dio cuenta de que tenía la bolsa de la bicicleta con la cremallera abierta y no había perdido por el camino la llave del coche, si no le hubiera tocado hacer unos 40 kms. mas de camino en bici hasta casa.
Seguidamente emprendimos camino hacia el segundo punto destacable de la ruta, y la que le da su nombre, el Puerto de la Cabra. Camino serpenteante a lo largo de la ladera de los montes donde se podían ver a los bikers situados en los primeros puestos (El Papa y 16válvulas entre ellos) pegados a rebufo del quad que guiaba la ruta (como en las pruebas de medio fondo de ciclismo en pista tras una moto).
Llegados a la curva de la caseta del Puerto de la Cabra se gira a derecha para continuar la ascensión hacia el Mirador del Monte Arrazauces. En esa ascensión seguíamos Seronbiker y yo (Induráin), cuando me doy cuenta que algunos de los que nos acompañaban empezaban a mirarme un poco raro. Poco después descubrí que era porque en plena cuesta estaba soltado de una mano y haciendo fotos, cosa que no entendían.
Pero sus caras de asombro y sufrimiento se convirtieron en estupor cuando tras tomar la antepenúltima curva nos adelantó por la izquierda, y perdón por la expresión, ¡ a toda ostia !, un biker con un trébol dibujado en el maillot y apodado Pequeños Asaltamontes. El pobre se había estado reservando y aguantando toda la ruta por estar acompañando a su joven primo.
Una vez arriba, segundo avituallamiento. Las reporteras dicharacheras seguían con las entrevistas, y todos nosotros mirando el reloj para ver a que hora íbamos a finalizar, sobre todo yo, que tocaba comer en casa de la madre, y que aunque ya roce la cuarentena, sigo siendo el niño de la casa y la historia se repite, y no me deja llegar tarde. Otros esperaban el largo descenso que tocaba ahora hasta llegar a Quintana city.
Comenzamos el descenso a ‘tumba abierta’. Camino ancho y de buen firme, aunque con mucha arena y generando en algunos tramos tanto polvo que parecía bancos de niebla. Y en medio del descenso, la combinación de estos dos elementos (arena y polvo) hizo producirse el único accidente importante de la ruta. Un biker (creo que del club de Quintana) dio con sus huesos en el suelo después de que intentara frenar en un gran banco de arena que cruzaba el camino de lado a lado. Entre la arena y que pulsó el freno delantero ya podéis imaginar el resultado. Nuestro compañero 16válvulas fue uno de los afectados por la caída por no poder esquivar a los que frenaron igualmente y se cubrió del polvo del camino. Vamos, que se cayó, pero sin consecuencias.
Una vez asegurados que se encontraba bien y que la ambulancia venía por detrás continuamos el descenso hasta llegar a lo que parecía una feria ganadera de caballos, donde nos cruzamos con un sinfín de vehículos en sentido contrario que intentaban llegar en peregrinaje al ‘centro de exposición’.
A la entrada a Quintana nos volvimos a reagrupar, para de esta forma hacer la entrada triunfal de nuevo a la plaza del Ayuntamiento, donde el público daba la bienvenida con aplausos a los sufridos y polvorientos bikers que llegábamos.
Unos se quedaron en el lugar y otros nos fuimos directamente de nuevo al pabellón para recoger los enseres y volver a casa con el saber del trabajo bien hecho.
De aquí en dos semanas, volveremos algunos a encontrarnos con La Cabra, pero entonces en salida oficial. Tres Cabras en un mes. O nos estamos dando a la zoofilia o se nos está pegando las cosas de nuestro compañero Paquete.
Pero la siguiente será por La Serena…. y a disfrutar.
Por: Carlos (Induráin)
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