Más vale tarde que nunca, ahí va la crónica de la ruta de Magacela. Sabía que esa mañana iba a salir solo y aguanté un ratito más en la cama, hasta que me acordé de mi burra, estaba sola en el sótano, y un biker no puede pasar un domingo sin sacar de paseo a su burra.
Me acerqué al Mesón de Beni para curiosear un poco sobre la concentración de motos que ese día había y cuando mi curiosidad quedó satisfecha, bajé a nuestro punto de reunión dominical, y allí estaba Lobo solitario, ¡qué sorpresa! Partimos los dos en dirección a La Haba, a la salida del pueblo giro a la izquierda y a subir por la carretera hasta llegar a Magacela, menos mal que el viento lo teníamos como aliado a nuestras espaldas. Subimos al castillo, pero por la parte trasera, y al entrar al interior del castillo vemos que se están haciendo obras de reconstrucción, nos hacemos fotos y observamos las singulares vistas que nos ofrecen las altas murallas.
El descenso lo hacemos por el mismo camino de subida, pero nos paramos para intentar hacer un salto e inmortalizarlo en una foto. Decido que probemos e investiguemos algún camino que discurra por la pequeña sierra en la que están situadas las antenas, y la investigación tuvo su fruto, encontramos una trialera que nos condujo a un camino pedregoso, que a su vez, nos llevó al camino de Magacela, todo un logro, que pondremos en práctica cuando volvamos a realizar la ruta de los castillos. Regreso a Vva. esta vez, con el aire de cara, con lo que jode eso. Abandonamos el camino de Magacela para tomar (como diría un argentino) el camino de Castuera, mala decisión por mi parte, ya que se hallaba embarrado, y nos obligó a desviarnos por el cementerio, para poder llegar una vez más, sanos y salvos a nuestro hogares. FIN.
Texto: J.A.Quintana
No hay comentarios:
Publicar un comentario