9 de abril de 2013

Arroya2 y Embarra2


Fecha: 07 de abril de 2013
Distancia: 52 kms.
Recorrido: La Serena
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Crónica
Estamos justo en ese momento en el que uno no sabe cual es la mejor opción: culotte largo, culotte corto, chaqueta térmica, maillot de verano,… es la primavera. Así que al arrancar vemos desde una braga al cuello y al terminar una manga corta. Esa es la vida, una opción y la contraria.







Después de siete años de lluvia, parece que al fin escampó, aunque tanta ha sido el agua caída, que hasta el más mínimo arroyuelo que no corría desde el Paleoceno, hoy discurre con todo el brío de una joven corriente. La conversación al inicio gira en torno a destacadas ausencias, esperemos que pronto estén entre nosotros, la suplantación de personalidad del Papa y la ruta de Cabeza la Vaca, adonde el único trébol que acudió fue el superclase del Cántabro, un titán a la hora de afrontar retos de dimensiones pantagruélicas: se lo come todo (pronto publicaremos su crónica sobre Guadalupe y vuelta).


Tomamos el camino de Magacela, y al poco nos encontramos con El Coronel, quien había salido un tiempo antes para llegar al encuentro, como en la Carrerita. El pelotón se estira hasta llegar al stop de la carretera que une Magacela y La Coronada. Allí ya habían iniciado la subida La Bestia, Haykesperarle, Tornibiker y El Papa, a los que más tarde se le unirá Paquete, pero este último se le atragantó el tramo embarrado, lo que sirvió para levantar una auténtica algarada entre las filas trebolianas, con gritos y aullidos que se oirían hasta en Quintana. Decidimos esperar a los expedicionarios a la altura del pilón bautizador, la próxima vez que pasemos por ahí, haremos unas inmersiones a lo testigos de Jehová. 


Cruzada la parte baja de Magacela, nos dirigimos a La Mata, todos, excepto El Gurú e Imedio, se desviarán por el camino que sale a derecha, lo que les valdrá para hacer un tapón, en un arroyo donde creo, según llegan mis noticias alguno se lanzó sin contemplaciones, sería la primera de los muchos embarramientos. Y como dice la Biblia: los últimos serán los primeros en la cuesta de La Mata, y así es la historia de cómo los dos tréboles citados alcanzaron la gloria del merendero de granito del yacimiento protohistórico.


En la parada El Coronel, propone cambiar el itinerario y bordear la charca del Pairón de Campanario (El Paredón, es una presa de origen romano), pero antes de llegar a él, un mediorrío atraviesa nuestro camino, además de un incidente en el que estuvieron involucrados: Tricolor, 16Válvulas y creo que Paquete, dando el primero un recital de baño al aire libre.





Llegados al citado mediorrío, El Socorrío, se descalza y nos muestra sus canillas deslumbrantes, para luego colocarse las calzas sentado en un banco de arena, como si estuviera en Matalascañas. En la subida hay una cierta desorientación, entre la espera a los de atrás y la prisa de los de delante, nos hemos perdío. De hecho tres tréboles formaron un trío en dirección a Kampanistán: el Janter, Carlosbiker y Cálaman. Ya se sabe, cada uno se lo monta con quien quiere, o como puede, o como le dejan y a ellos hubo que permitirles su tendencia al juego de tríos. La cara que traían de vuelta al redil, les delataba.

 

El caso es que el resto tuvimos que retomar la senda hasta el Pairón y allí montamos el numerito subidos en el embarcadero, donde quedó constancia gráfica de tan ilustre momento. Volvemos a los caminos y La Bestia tiene que echar mano a sus herramientas, después de haber quitado las telarañas correspondientes. El terreno nos lleva hasta La Coronada donde nos juntamos con nuestros tres juguetones compañeros. Atravesamos la población y nos dirigimos hacia los caminos que se han vuelto anchos después de las obras que se han hecho, aunque están inacabadas. En un casi último badén, nos esperan algunos compañeros con el fin de inmortalizar nuestras desgracias: el Sr. de los Anillos se atascará en el lodo y yo, bajado de mi burra, introduzco mis pies hasta la altura del pescuezo. No hay nada como compañeros esperando a que la cagues. Me consta que más de uno se lanzó al barro en busca de pareja de lucha.



Llegados al canal, la gente más fuerte lanza el arreón final y el grupo se estira infinitamente. Hasta volver al reagrupamiento final para que cada uno tire a su olivo y en algunos casos para hacer degustaciones de bebida espumosa. Una vez refrigerado el gaznate corro a limpiar a la burra a la gasolinera y de paso las botas, que empiezan a solidificarse con el barro y corro el riesgo de utilizar un cincel para sacarme de los pies tan castigado calzado.

Babosa subacuática atravesando un charco
Bueno, correliebres que el barro y el arroyo no os intimide y que no se os encojan determinadas partes. El próximo domingo más y más larga: Cabeza del Buey-Villanueva, la Mozárabe. Agur

4 comentarios:

  1. Entretenida crónica.
    En cuanto pueda intentaré ver las fotos en pantalla grande. Seguro que no tienen desperdicio.
    Pensé que íbais a tener tramo de barrorrojizo, aunque no sé que ha sido mejor.
    Me habéis alegrado un rato la estancia en el hospital, aunque me hubiera gustado haber visto alguna caída en directo.

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  2. MUCHAS GRACIAS POR ENCONTRAR LA PATERA CON ESTE TRIO SEXUAL, SE RECOMPENSARÁ.....

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    1. Los tres que se nos perdieron acabaron en África y unos vecinos los acercaron. ;)

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