28 de marzo de 2013

Vamos que nos vamos


Fecha: 17 de marzo de 2013
Distancia: 66 kms.
Recorrido: Embalse de Orellana

Crónica de la ruta
La ruta del orgullo trébol ronda en nuestras cabezas desde hace un tiempo. Los preparativos, las introducciones, los preámbulos van tocando a su fin y de esta forma afrontamos nuestra cita anual con la larga marcha trebolina: objetivo Guadalupe. Noventa kilómetros que requieren de un cierto fondo físico para afrontar con garantías tan magno evento. Y en eso estamos. 


Recuerdo hace un par de años cuando nos juntamos catorce tréboles ávidos de aventuras, el año pasado se duplicó el número y este año… joé este año, vamos a pasar de cuarenta. Vamos, que movemos más personas que un concierto de los Rolling, nos sentimos así como un Jagger cualquiera, cantando aquello de Sympathy for de devil, o como diría un amigo: Simpatía por el débil. 



La lluvia mañanera, nos recibe invitando a no salir por los inescrutables caminos que Dios nos marca y por eso hoy no hemos ido por caminos, sino por carreteras y pistas canaleras. Cuando llegué, un grupillo de tréboles se arremolinaba parapetados por la visera de las antiguos muelles de la estación, hoy convertido en templo de las copas y combinados. Parecían abejorros en torno a la abeja reina, pero precisamente la abeja reina faltaba a esa hora, así que decidimos arrancar y fue precisamente cuando apareció la figura de 16Válvulas junto al Presi, con un perfil que no tiene desperdicio, como así quedaría recogido momentos más tarde.




Como no queremos embarrarnos hemos decidido hacer una ruta asfáltica, así que tiramos hacia el badén del Zújar para tomar la carretera del Camino Real. El grupo en estos bajas y subes, sufre un estiramiento de tal magnitud que a algunos no se les ve en las hoy Highlands en que se ha convertido La Serena por estas enormes extensiones de pastos, cuyas ovejas ofrecen al mundo el mejor de los quesos posibles, y de paso nos despiertan envidias, comiendo esos tiernos tallos herbáceos, vamos que dan ganas de convertirse en ovejo.




Llegados al Cortijo de Perales, hacemos una gran parada, motivada por el reventón de Juan Imedio, que hoy no andaba muy fino, y que salió para comprobar su estado de forma para el reto guadalupense. El caso es que como no se suele llevar cubierta de repuesto, pues parecía que se tenía que volver o mejor dicho, ser rescatado, pero no… rebuscando en la mochila de Dora, digo en la del Comanche, apareció la tan ansiada cubierta y pudieron reemprender el camino.




Mientras estábamos parados, una manada de babosas, más grandes que una boa constrictor, nos obsequiaban con su visión… mientras pensábamos, ¿por qué no son comestibles?, ahora hay miles, igual si tuviéramos el estómago de un koala aguantaríamos un jartón de bichos de éstos, echando en falta un tupper para meter tanto animalito gelatinoso. Unos metros más atrás íbamos hasta llegar a la carretera que baja hasta el pantano de Orellana.






La bajada se hace a tope, y el grupillo de cola que formábamos unos pocos decide atravesar el pantano sobre la pasarela, en cambio el Sioux y Gurú decidimos hacer la subida como lo hizo el grupo cabecero, que ya degustaba las migas con sardinas que se traían en sus mochilas o eso era lo que debíamos comer en este día medio-invernal.





Reagrupados de nuevo, íbamos a tomar la pista que discurre paralela al canal hasta enlazar con el secundario y no parar hasta Valdivia. Es precisamente en los últimos kms. cuando se alcanza un ritmo endiablado que contribuye a subir la temperatura corporal y empiezan a sobrar bragas, camisetas térmicas,… en fin, que hubiéramos acabao a lo Full Monty si hubiera sido necesario.




Algunos tienen prisa y deciden tirar para adelante, y unos pocos atrás, para recorrer la carretera de los badenes hasta llegar a Villanueva, sin tocar una salpicadura de barro. Al final Gurú, Imedio, Sioux, Irrepetible y Comanche, nos despedimos hasta el gran reto de la semana próxima, más entretenido que el año pasado, pues me da la impresión que lloverá o eso me confesaron las babosas.




En fin correliebres, ya sabéis tirad de plástico el próximo domingo, y no lo digo por lo que imagináis, obsexos. Agur… y como dice Comanche: seguiremos buscando a Chewaka.

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