25 de abril de 2012

Horarios europeos



Fecha: 22 de Abril de 2012
Distancia: 34 kms.
Ruta: Magacela-La Coronada-Canal del Zújar

Crónica
Si me llegan a decir hace cosa de menos de un año, que en las últimas salidas la media horaria es anterior a las nueve de la mañana, no me lo creo. Con lo que costó convencer a mis compañeros levantarse a las nueve, lo de ahora es una quimera de la que no me explico cómo se han dejado embaucar. Hoy a las ocho y media estábamos en el lugar de partida: el motivo, sumarnos al día de la bicicleta que el AMPA del Colegio “Cervantes” organiza cada año y así apoyar a una de las pocas iniciativas que se llevan a cabo para potenciar el uso de las burritas.


Nos despertábamos con la resaca del Madrid-Barsa, y había en el pelotón caras exultantes, ¡cómo han proliferado los madridistas!, que empiezan a asomar la cabecilla. Enhorabuena. Dicho queda, así que comenzamos con nuestra ruta, con la ausencia habitual en los primeros kilómetros de La Bestia, al cual se le pegan las sábanas más de la cuenta y que tomaremos las medidas oportunas de penalización, aunque haga horas extras y encima, nocturnas. Encaminándonos hacia Magacela se veía un nubarrón que presagiaba lluvia, mala pinta tenía, pero como esas noches que te ibas a comer todo, pues ná no nos cayó ná. 16Válvulas sigue pensando en el trueque burrero y no acaba de consumar el acto, no sabemos cuánto durará… esperamos que la crisis tenga la solución más cercana que el cambio de burra anunciado.



Hoy se nos une al pelotón Ricardo, el cual nos enseña su impoluta “Ultimate” de carbono, que no carbonizada, pero como resulta que no ha sido la primera y no es la última, pues se le ha apodado, Ricardo “Penultimate” y así pasa a formar parte del paseo de la fama de los tréboles bautizados. Amén.

Algo pasa atrás, pues el grupo se ha estirado y tenemos que esperar algunas piezas rezagadas. A la altura del cementerio nuestro Coronel aparece como una ensoñación, salido de los caminos tenebrosos de la nada, viene embozado como siempre. Creo que si se cayera rebotaría con todo esa mullida equipación que se gasta y de la cual se va desprendiendo conforme avanza la ruta: es como esos jugadores que se van desnudando en el juego de las prendas… algún día igual nos sorprende. El Coronel, es precisamente el que oficia de guía y nos lleva por un tramo del Camino Mozárabe, que nos lleva hasta cerca de La Mata, de ahí hacia La Coronada por un camino nuevo para nosotros. A todo esto, la horquilla que llevo ha hecho pssssss y de nuevo casi alcanza el caucho neumático… hay que joerse con Il Dottore, estoy más quemao que Chiquito de la Calzada. ¿Qué hecho yo para merecer esto? Ni que fuera Carmen Maura.



A la entrada de La Coronada, paramos para comer, hablar, visionar vídeos escatológicos de descerebraos y masocas y mojar una palmera a la que le administramos los santos óleos después de haber miccionado sobre la misma… y eso que nos declaramos defensores de la naturaleza, pero joé si ésa se salva, podrá resistir un ataque nuclear con bombas de racimo. Seguimos trazando nueva ruta y no sé la razón, pero el pelotón se estira considerablemente entre cabeza (cap) y (i) cola (cúa) y eso nos vale para entablar conversaciones de échate tú pa cá, que yo me vengo pal otro lao. Nos dirigimos hacia las instalaciones de la fábrica de tubos y la burra de 16Válvulas dice que no quiere que la cambien, y un cable se le sale. Parada de nuevo. Foto de rigor para inmortalizarnos a nosotros mismos, ya que en ese descampao no hay un alma al que acudir para decirle: “Venga hombre, sácanos una”.



Seguimos serpenteando por un camino más ancho que la T4 y deambulando para hacer kilómetros  y tiempo, pues el reloj no llega aún a las once. En esto, de nuevo la burrita de 16Válvulas, pincha… ante eso decidimos tirar para adelante El Caballito y El Gurú, para llegar a la hora de salida del Día de la Bicicleta. El viento pega en contra en el Canal, pero llevamos buen ritmo y llegamos solos a Villanueva y a buena hora, tan buena que es más hora de desayuno que de cerveza.

Ya en el Cole, al poco rato llega el resto de tréboles que se unen a los aficionados a la bicicleta que en buen número se han acercado. También hacen acto de presencia los crusaítos y otros tréboles, Induráin y Juan III, que han decidido prescindir de la ruta y asistir con sus churumbeles al evento. No pensaban que llegáramos a la hora. 


Con nuestra presencia testimonial hemos querido apoyar este Día de la Bicicleta y hacer el recorrido urbano previsto. Daba gusto ir con los vástag@s, vecinos, amigos, conocidos, solteros, casados, mayores, menores, altos, gordos, espabilaos, politiquillos, amas de casa, en fin toda la fauna social subido en una máquina de dos ruedas. Esperemos que siga la afición. El año que viene más y mejor.

Hasta la próxima, corres-liebrecillas con ruedines de aprendizaje.


Escrito por El Gurú.












1 comentario:

  1. Enhorabuena, Abel: un nuevo trébol para la causa. Me alegro que todo haya salido bien. Ya sabes, triciclo y al año que viene te apuntas al Día de la Bicicleta con tu yogurín.

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