Fecha: 17 de febrero de 2013
Distancia: 38 kms
Recorrido: Visita al Tótem y trialeras del río Ortígas
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Crónica de la ruta
En las dos rutas anteriores echamos de menos un par de cosas: a Guancho y a la crónica, que no al cronista. Guancho, por fin apareció y nos dio la bienvenida con un sonido más bien de grulla que de lagarto, ¡qué se la va a hacer! En cuanto a la crónica, pues aún nos falta la de la semana anterior y es que últimamente el ser cronista en esta peña se ha convertido en profesión de riesgo. ¡Ojo con lo que se escribe!, que luego se dañan susceptibilidades y no digamos ná de los debates forzados o forzosos, en pro de una causa u otra. El caso es que al ser una peña viva, pues debatimos hasta la extenuación, ¡ole ahí!
Cambiando de registro, diremos que la ruta al Santuario de Nuestra Señora de La Polla o el Tótem de los cicloturistas se ha convertido en lugar de peregrinación, como si fuera el Palmar de Troya o en este caso el Encinar de Polla. Algunos se dedicaron a profanarlo vaciando sus hinchadas vejigas en tan insigne monumento natural: al infierno irá o al olvido, como el buey y la mula del Belén. Ayer batimos el récord mundial de juntar tréboles, creo que algo así como treinta, que se dice pronto, pero que en la plácida mañana de febrero aparecimos desde los cuatro puntos cardinales.
Faltaba el Sr. de los Anillos y eso convulsiona al grupo, huérfanos de nuestro líder, comenzamos a dar pedales. Como la mañana no está para pasar frío desde el principio decidimos cambiar algunos caminos de la ruta, con el fin de evitar el vadeo del Ortigas, que aunque no llevaba excesiva agua, sí llevaba agua y eso hubiera implicado el sumergir nuestros delicados pinrreles. Así que nos encomendamos al Coronel que en más de una ocasión ha cogido este tramo para dirigirse a su querido y amado pueblo.
De tal forma, al llegar a La Haba hay un cierto desconcierto, pues subimos la cuesta para enfilar el nuevo camino. Como vamos tantos, el grupo se ha estirado enormemente y gracias a los constantes reagrupamientos pudimos conectar cola con cabeza o cap y cúa que parlaría un català. Sin percance alguno llegamos hasta las inmediaciones del santuario. Ya lo he dicho en otra ocasión, pero es que me recuerda este momento a cuando espolvoreas el zeta-zeta para matar hormigas y los que antes éramos una filita de pequeños insectos nos convertimos en la desbandada generalizada que ha perdido el hilo que seguíamos sin temor a equivocarnos. Para este tramo es conveniente llevar anotado el número del Seprona o en su defecto los suficientes víveres para cuatro días o corres el riesgo de batir el récord del campeón del escondite de 1916.
Aunque parezca mentira nadie se perdió, es más sumamos un par de miembros que por esa hora andaban también campurreando. El descanso nos vale para los bautizos, los hermanos Campos con sus apodos, Dani “El Travieso” pues ni a Felipe II se la ponían botando y a su hermano Óscar “El Verderón” por su inconfundible chaqueta del mismo color. Asimismo bautizamos a Jose “El pirómano” quien encendió inocentemente la mecha de tan acalorado debate sobre las equipaciones, ¡a quién se le ocurre tirar la colilla en medio del monte! Hoy nos acompañaban además nuevas incorporaciones, quienes manifestaron el deseo de pertenecer a la secta. Lo único que os puedo decir es que cuando visitemos el pilón de los bautismos (Magacela), habrá que hacer el bautismo estilo testigos de Jehová, pues somos ya más de quinientos… y estamos preparando la anexión y conquista de Portugal y si no, al tiempo.
Como hemos recortado, decidimos hacer las dos trialeras. Y en la primera, una aparición: El Señor de los Anillos, quien saliendo de sus mullidas sábanas se presentó con la excusa del pinchazo. Las trialeras son entretenidas y necesitan de una técnica que te mantenga al menos en pie. Allí el Papa junto con Guancho tuvieron un reventón que hizo retrasar al grupo para agruparnos en el Puente de la Pared. Una vez allí emprendimos la segunda trialera hasta el Puente de la Antigua, un puente que no sé cómo no se hundió ayer con seiscientos tíos encima.
Así y atravesando El Montecillo dirigimos nuestras ruedas hacia La Haba. Y de ahí hacia la City, pero antes Tonybérico decidió obsequiarnos con un guarrazo que se llevó por delante la rodilla del culotte largo, un raspón en la cara que no te harían ni en Chinatown y varios recuerdos en forma de moratones que más que cardenales podrían llegar a ser papas en cuestión de cuatro días.
Fin de trayecto. Algunos deciden hacer enjuagues bucales en alguna terracita de la Avenida de Chile y los más, limpios ellos, a la gasolinera para quitar los restos de las trialeras.
Bueno correliebrecillas que los ríos os sean propicios y a los demás y como dicen por ahí… ¡el domingo a las nueve! Agur
Buena crónica Sr Gurú.¿Cómo quieres que los demás escribamos en tus ausencias si somos unos simples aficionadillos a esto de la pluma?.Ni sabemos catalá,ni na de na.Lo dicho,buena crónica.
ResponderEliminarpor que se ven tan pequeñitas cuando te las kieres descargar las fotos?
ResponderEliminarGracias Carlosbiker, se agradece el cumplido, pero para pluma-pluma la de Antonio Gala y no la mía.
ResponderEliminarAnda no seas modesta!!! Sabes que tendrías al menos...plumilla. Olé mi niño!!!
EliminarPARA QUE MAS CRONISTA QUE Sr.GURU,SI SOMOS AFICIONADILOS DIGO YO,COMO DICE EL AMIGO CARLOS,SI SABES HASTA DE IDIOMAS COMO EL CATALAN Y EL EUSKERA,QUE YA SON IDIOMAS DIFICILES de TONYBERIKO que SIGUE VIVOOOOOO...........
ResponderEliminarPor cierto, que rulen esos vídeos de las trialeras!
ResponderEliminarSoys unos ateos, con todo vuestro afan por salir en la foto, casi tapais nuestro preciado totem, arderéis en el infierno!!
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