Ruta "Yo creo que es por aqui"

Fecha: 01/Agosto/2.010

Distancia: 55 kms.

Crónica de la ruta

Comenzamos o más bien retomamos momentáneamente, las salidas dominicales, después de unas merecidas vacaciones. 30º grados a eso de las nueve y media, lo cual hace que nos planteemos una ruta placentera, nunca mejor dicho (y sino mirad a los tréboles en el banco). Jose, Jose Carlos y yo mismo, nos saludamos y comentamos si el compañero Atreyu se unirá a nuestra ruta: "si éste viene con ganas de guerra, mejor lo dejamos para otro día", al final no apareció, seguro que algo se lo impidió. Al compañero Jesús también le echamos en falta.

Así que comenzamos nuestra salida en dirección a Entrerríos, teníamos claro que el agua no podía faltar, de tal forma que íbamos a completar la ruta de los ríos, aunque como luego veremos tomamos otros vericuetos. Camino de la Pontezuela adelante, hasta llegar a la ermita de la Aurora, charlábamos sobre vacaciones y otras cosas que lógicamente "quedan dentro del vestuario". Enfilamos hacia el badén de Entrerríos, paralelo al Zújar, cruzando el río y siguiendo por su playa por el camino que nos lleva hasta el Cordel de Esparragosa -ya asfaltado-.

Todo tranquilo en dirección al Guadiana, se me sale la cadena (homenaje a Andy Schleck), en un tramo del camino que está bastante arenoso. De ahí cogemos la carretera hacia Valdivia, pasando por los dos badenes y cruzándonos con un grupo de ciclistas del asfalto, que saludamos y que iban en sentido contrario.

Una vez cruzado el segundo badén, cogemos un camino que sale a derecha y donde la ruta coge su nombre "yo creo que es por aquí". José Carlos se deja llevar, ya que Jose y Antonio le van indicando los caminos a recorrer, pero "coño, si aquí se corta". Vuelta pa trás, ahora este camino, ahora este otro, que no que yo creo que era éste. Como nuestro instinto no da para más y el calor empieza a apretar, decido pararme en una parcela para preguntar. Un poco más alante, dos perrazos nos esperan; como Jose es de Orellana, dice que no pasa ná yo me pongo detrás y cuido la retaguardia, cosa que agradecemos Jose Carlos y yo, que a esas alturas no estamos para sustos.

Por fin encontramos el camino hacia Valdivia, donde pararemos a llenar los botes y a comer algo. Un banco nos espera y como veo receptivo a Jose Carlos, aprovecho y le planto encima la pierna y le doy un achuchón, lo cual no le desagrada, y que sirve de chanza a Jose para tomar la foto que ilustra la crónica. La cuestión es que a esas alturas de la mañana llevamos más kilómetros de los previstos.

Ahora iniciamos la marcha hacia el Castillo de la Encomienda, con el sol ya a pleno rendimiento. Ya son 38º. Paramos en el puente viejo del Guadiana, junto al nido de ametralladoras que lo vigila.

De ahí continuamos el descenso hacia el río, para salir por el camino de la Junta (no de Extremadura, sino de los ríos). Una motillo nos precede, así que nos "picamos" un poco hasta que la adelantamos. Llegamos a Villanueva, atravesándola por la calle Hernán Cortés, donde cada vez hay más peraltes de caucho.

En fin, nos despedimos hasta la próxima. Espero crónica, y Jose no aproveches mi ausencia para romper lo que hoy ha comenzado. Un beso, cariño.